Los siete jóvenes fueron sepultados entre el domingo y ayer en la ciudad Tsáchila. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Tras la muerte de los siete jóvenes en la capital de Santo Domingo de los Tsáchilas, las autoridades anunciaron controles a los sitios de diversión y de expendio de bebidas alcohólicas.
Los jóvenes, de entre 18 y 21 años, fallecieron en un motel, debido a la inhalación de monóxido de carbono, un gas mortal que emanan los vehículos. Esa es la causa del deceso que fue determinada, luego de que se hicieran las autopsias.
Los cuerpos sin vida fueron encontrados la mañana del sábado 21 de junio en ese motel, ubicado en el baipás de la vía Quevedo, en la periferia.
Según las autoridades, los jóvenes celebraban la victoria de la Selección de Ecuador sobre Honduras, pues llevaban puesta la camiseta tricolor.
La Policía averigua cómo los siete jóvenes fueron a parar al motel, el cual fue clausurado.
Se conoció que los siete vieron el partido de fútbol en la casa de uno de los chicos y cuando se terminó acudieron a una discoteca para el festejo.
Hasta ahora se presume que ellos salieron de allí hasta el motel en un auto Renault Logan concho de vino.
Al parecer, dejaron encendido el carro. “Seguramente fueron perdiendo el conocimiento” por el monóxido de carbono, que es letal, explicó Pablo Aguirre, comandante provincial de la Policía de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Según el médico Miguel Arévalo, el monóxido provoca que los glóbulos rojos no puedan cumplir su función de transportar el oxígeno que requiere el organismo. Al no tener oxigenación, los órganos se afectan y dejan de funcionar, pero el más vulnerable es el cerebro.
“Si el ambiente está saturado con monóxido, los órganos dejan de funcionar en pocos minutos y la muerte es rápida”.
Uno de los fallecidos, Cristian G., llamó a su madre a las 21:00 del viernes 20 de junio para pedirle que no se preocupara, que se encontraba bien. Fue lo último que se supo de ellos.
Todos los siete chicos ya fueron enterrados. La última víctima, Sofía V., fue sepultada ayer, 23 de junio, en el cementerio de la ciudad.
La madre de las dos hermanas, Nicol y Ana H., se sintió mal ayer y fue atendida por los médicos. No falleció como se escribió en las redes sociales.
Su hermana Rosario contó que se recupera de la pérdida de dos de sus hijos.
Mientras tanto, las autoridades, reunidas en el Comité de Operaciones de Emergencia, decidieron que revisarán a los sitios de diversión.
El Comandante dijo que los controles se han intensificado más en la ciudad, debido a las fiestas julianas de cantonización y por los partidos de la Selección ecuatoriana.
Las inspecciones se hacen sobre el funcionamiento y la legalidad de los locales. “No se entiende cómo siete chicos ingresaron a un habitación; eso sucede por falta de control”.
Según el Comandante, los administradores de los moteles deben exigir la cédula de identidad y evitar que ingresen muchas personas. “Hay que hacerlo, porque es su negocio pueden llegar personas que trafican droga o armas. La privacidad es una cosa, pero no puede ser que dejen entrar a muchas personas”.
También investigan si en la discoteca donde estuvieron los siete se promocionó el lugar del encuentro.
En contexto
La muerte de los siete jóvenes por inhalación de monóxido de carbono de un automotor es el primer caso que se presenta en Santo Domingo de los Tsáchilas. El intendente general de la Policía, Ariel Cedeño, indicó que no han ocurrido otros casos similares.