La señalización y la iluminación en esta vía de 12,9 kilómetros están listas; faltan trabajos de estabilización de taludes y las vías de conexiones secundarias. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
Con la habilitación de los 12,9 kilómetros de la Ruta Viva se espera que los tiempos de circulación hacia el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, ubicado en la parroquia de Tababela, disminuyan. Hay dos factores: la reducción del recorrido y de la carga vehicular de la vía Interoceánica.
Según datos de la Municipalidad, en el tramo comprendido entre la plaza Argentina y el redondel de Puembo (pasando por la Interoceánica) hay 28 kilómetros. Por la Ruta Viva, en el mismo tramo, el camino se acorta a 18 kilómetros. Es decir, el tiempo de traslado se reducirá de 77 a 25 minutos.
Esto responde a que la vía inaugurada tiene tres carriles de ida y tres de vuelta. Está señalizada y se puede circular a 90 kilómetros. Además, están los intercambiadores de Lumbisí, Intervalles y Tumbaco que facilitan la movilidad de quienes opten por esta arteria que conecta la avenida Simón Bolívar con el sector de Puembo.
Este punto genera algunas dudas, ya que, aquí se concentrarán los automotores que vienen por la Interoceánica y por la Ruta Viva. Lo harán por medio de un redondel. Es decir, unos pasarán recto hasta sectores como Pifo. Otros se desviarán por la Ruta Viva.
Rolando Soto, quien viaja cuatro veces a Estados Unidos por cuestiones de trabajo, asegura que espera que estos tiempos se cumplan. Su argumento es que ha pasado cerca de un año y medio saliendo con más de tres horas de anticipación para llegar a Tababela. Ahora espera hacerlo con una hora y media desde su domicilio ubicado en el sector de La Floresta, en el centro-norte.
Desde las autoridades locales, también, se apuesta por la reducción de la congestión vehicular en la Interoceánica. La misma que registra una carga vehicular de 22 000 vehículos, diarios. A esto se suma, los tramos conflictivos por la congestión: La Primavera y en el antiguo puente sobre El Chiche eran dos de estos.
Ahora, los vehículos ya no tendrán que pasar por estas parroquias: Cumbayá, Tumbaco y parte de la parroquia Puembo.
Andrea Hidalgo, administradora zonal de Tumbaco, aseguró que esta vía es una ventaja para que mejoren los tiempos de circulación, incluso, de los habitantes de las ocho parroquias. “Tendremos la posibilidad de tener una vía más en este sector, considerado como una zona de expansión económica y habitacional”.
Sin embargo, con la apertura de la denominada conexión sur no se solucionan los problemas de movilidad de la zona. El motivo: faltan las vías alternas o aledañas y los puentes peatonales y carrozables.
Patricia Guamán, moradora del sector de la Tola Grande, estuvo en el evento de inauguración de la Ruta Viva. Ella junto a otros pobladores de este barrio aseguraron que las obras trajeron un impacto negativo a varios sectores aledaños. En su caso, necesitan un puente que conecte este barrio que quedó dividido por la construcción de esta arteria.
Ayer, 12 de diciembre, en el acto de inauguración de la ruta, el alcalde Mauricio Rodas destacó que la finalización de la obra fue un esfuerzo que implicó el rediseño del proyecto inicial. Además, anunció proyectos como el mantenimiento de la Interoceánica y el tramo del túnel Guayasamín.
La Ruta Viva se une a la vía Collas, conexión norte. Ambas fueron planificadas para facilitar la movilidad de los automotores que van hacia el Aeropuerto. También, están la E35 (El Colibrí-San Carlos) que se espera que se entregue a finales de este mes.