El jueves 27 de octubre, soldados desfilaron por los 96 años de institucionalidad de la FAE. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
La FAE está disminuida. De hecho, el propio ministro de Defensa, Ricardo Patiño, admite que esta fuerza militar necesita presupuesto para reponer su capacidad operativa.
La situación empeoró con el terremoto del 16 de abril, pues las operaciones se intensificaron y ahora las aeronaves de la FAE requieren de mantenimiento. Por eso se habla de encontrar salidas presupuestarias para equipos, insumos y repuestos. Especialmente de los helicópteros y aviones que sirvieron en tareas de rescate.
Según Patiño, esa es la tarea primordial del Gobierno y por el momento descarta nuevas compras para la FAE. Eso incluye a los helicópteros que reemplazarían a los siete Dhruv.
Además, el Gobierno primero debe responder a la demanda de la empresa Hindustan Aeronautics Limited (HAL), firma que vendió en el 2008 la flota de los siete helicópteros por un costo de USD 45 millones. La internacional ahora exige al Estado USD 11 millones por daños y perjuicios tras romper el contrato unilateralmente en octubre del 2015. Esa decisión se tomó luego de que cuatro Dhruv se accidentaran.
En el 2007, cuando se hicieron las negociaciones con HAL, las autoridades de la FAE, de ese entonces, advertían que eran “imprescindibles” los siete helicópteros. Incluso la compra se hizo bajo una necesidad “urgente para la seguridad nacional”.
Nueve años después de esas alertas y con cuatro helicópteros siniestrados y tres suspendidos de volar, la situación de la Fuerza Aérea continúa “limitada”. Aunque el Gobierno ha señalado que el país no perdió nada en la adquisición de los helicópteros, pues recuperó USD 55 millones por los seguros de los Dhruv. Sin embargo, generales retirados como René Yandún (actual asambleísta), dicen que la FAE fue la única que perdió con esa compra, pues el dinero de los seguros nunca regresó al presupuesto de la Fuerza Aérea.
Pero, ¿dónde están esos rubros? Esa pregunta formuló EL COMERCIO al ministro Patiño el jueves 27 de octubre durante la ceremonia de los 96 años de la FAE. El funcionario respondió que entraron al Presupuesto General del Estado. “Fueron a esas cuentas para que el Gobierno Nacional tome decisiones”.
Una de esas fue tomar USD 15 millones, que fue el valor del seguro por el Dhruv que se accidentó en Chimborazo en 2014, para la reconstrucción de un colegio en Guayaquil. La obra culminó hace un año.
La Comisión de Soberanía y Relaciones Internacionales de la Asamblea investigó la adquisición de los Dhruv y emitió un informe hace un mes. En ese texto se dice que el Estado cobró en su totalidad los seguros de las cuatro naves siniestradas, pero no señala en qué fue invertido el dinero.
De hecho, Fernando Bustamante, miembro de ese ente legislativo, advierte no conocer a qué partida presupuestaria se asignaron esos seguros.
Lo que sí confirma es que se recuperó la inversión de los Dhruv, pero dice que los cobros de los seguros no solventaron “el perjuicio” que tuvo el país en cuanto a que las aeronaves no cumplieron con las misiones por las que fueron adquiridas. Las operaciones a las que se refiere Bustamante son de evacuación aeromédicas y de apoyo en catástrofes y desastres naturales. Así como la búsqueda de militares y civiles en misiones de rescate.
Esas emergencias se presentaron en el terremoto que afectó a Esmeraldas y a Manabí. Para desarrollar esas acciones, la FAE necesitó el apoyo de helicópteros de las “Fuerzas Aéreas americanas”. Eso fue recordado el jueves, por el comandante General de la FAE, César Merizalde. El oficial agradeció el apoyo internacional y también resaltó “la importancia del presupuesto para mantener a la FAE operativa”. Incluso dijo que para el país es vital contar con una Fuerza Aérea tecnológicamente desarrollada”.
Para el asambleísta Diego Salgado, que también participó en la investigación de los Dhruv, esto está lejos de pasar, pues en los planes del Gobierno no está comprar nuevos helicópteros y critica la decisión de vender los tres Dhruv que aún permanecen en los hangares del ala 22 de la FAE. Las aeronaves entrarán en un proceso de venta una vez que se solucione la demanda de HAL.
El ministro Patiño no descarta que sea la misma empresa que compre los tres helicópteros. Lo que sí se ha confirmado es que para diciembre estarán operando cuatro radares militares que monitorearán la entrada de aeronaves clandestinas al país. Esos equipos se requieren con urgencia desde el bombardeo en Angostura en 2008. Otra de las necesidades de la FAE es el mantenimiento de los aviones Supertucanos, ya que de una flota de 18 apenas siete están operando.
En contexto
El Estado destinó USD 60,7 millones este año para fortalecer a la Fuerza Aérea. En la pro forma presupuestaria que se presentó a finales del 2015 se indicaba que esos fondos eran para fortalecer, mejorar, conservar y recuperar los proyectos de la FAE.