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La región se enfrenta a un dólar débil

Redacción Negocios
negocios@elcomercio.com

El mercado mundial de divisas  se ha movido agitadamente  en las últimas semanas por distintas causas, teniendo como denominador común   un dólar depreciado frente a la mayoría de  monedas. 

Eso ocurre, principalmente, en los mercados asiáticos y latinoamericano, con monedas como el yen fuertes con respecto al dólar.

Puntos de vista
José Luis Iturralde / Importador
‘El  precio del producto tiende a encarecerse’
 Por su puesto que una depreciación del dólar  afecta e impacta directamente en el precio del producto que se vende al  cliente. Pero es normal trabajar diariamente con las  fluctuaciones de la moneda en los  mercados mundiales. Más bien, antes que la depreciación del dólar, que muchas veces no es considerable, nos perjudica más las medidas estatales contra las importaciones. Recién ayer acabamos de sacar una mercadería, luego de un larguísimo  trámite de cumplir con   los permisos en el Inen y en las verificadoras aduaneras, y pudimos ver cómo nuestros costos se disparaban irracionalmente. Eso afecta más y perdemos todos en el mercado.

En América Latina, la apreciación de las monedas  ha provocado que  varios países    adopten medidas por la apreciación de sus respectivas monedas.   Ese es el caso de Colombia, cuyo Banco Central  comenzó ayer a comprar  dólares (USD 20 millones en  el próximo semestre), con el fin  de equilibrar la apreciación del peso.

También en Brasil, el Banco Central   ofreció comprar dólares en el mercado de cambios, en un esfuerzo por acumular reservas internacionales y absorber el fuerte flujo de divisas
estadounidenses a la plaza local.

En Chile, los efectos del terremoto también se vieron reflejados en una apreciación del peso, situándose en niveles máximos frente al dólar, impulsado por las expectativas de un aumento en el ingreso de dólares para reconstruir varias regiones  del país.
 
Cosa similar ocurre en Perú, donde el sol  se ubicó en su mejor nivel en más de un año y medio,    sintonizándose con  el avance de las monedas de la región.

Ante el fenómeno, Ecuador mira con atención lo que ocurre en torno   al dólar. Según el experto en  Comercio Exterior,  Eduardo  Egas, el efecto inmediato del movimiento de divisas se siente en el comercio. “Tomemos como ejemplo la relación con Europa. Cuando se aprecia el dólar, los europeos deberán destinar más dólares para pagar las importaciones y ahí perdemos competitividad. En cambio, cuando se deprecia, requerirán menos dólares para importar y se entusiasmarán por comprarnos más. Ahí es cuando nuestros exportadores ganan”.
   
Sin embargo, Manuel Chiriboga, del Observatorio de Comercio Exterior, añade que si bien la depreciación del dólar hace más competitiva a las exportaciones ecuatorianas, los importadores se ven afectados porque se encarecen los productos. “Esto puede reflejarse en una disminución de nuestros  volúmenes de importación. Y, si estos son materias primas, inmediatamente se afectarán las actividades empresariales y, por ende, el precio al público”.
 
La relación euro-dólar es un caso diferente, ya que la crisis en ese continente  ha hecho que su moneda más bien se deprecie. En la relación comercial de Ecuador con los europeos, eso afecta alas exportaciones nacionales.