La construcción hecha con piedra del mismo volcán y sistemas de calefacción interior sirve para recibir a los 70 000 visitantes que llegan al lugar anualmente. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.
Un espacio que incluye un centro de interpretación, una cafetería térmica y la casa de los guardaparques se inauguraron en la Reserva Faunística Chimborazo. La construcción hecha con piedra del mismo volcán y sistemas de calefacción interior sirve para recibir a los 70 000 visitantes que llegan al lugar anualmente.
Las tres edificaciones se ubican en el ingreso al nevado más alto del Ecuador (6 310 metros sobre el nivel del mar), asentado en la Sierra centro del país. De ahí, 25 minutos más arriba viajando en automóvil está el remodelado refugio Hermanos Carrel (4 850 metros sobre el nivel del mar).
Una de las características de los inmuebles es su construcción ecológica. La cafetería térmica, por ejemplo, cuenta con un sistema aislante lograda con madera que hace que el sitio mantenga el calor interior ante las frías temperaturas que se registran en el lugar, entre 0 y 8 grados centígrados.
Allí se ofrecen bebidas calientes como aguas aromáticas, café pasado, chocolate cuyos precios van entre USD 1 y USD 1,50; también snacks (papas fritas, cueritos…). De acuerdo con Magaly Oviedo, directora de Ambiente de Chimborazo, la Fundación Conservación y Desarrollo, de Quito, ganó la concesión para administrar el lugar que tiene capacidad para 30 personas.
20 mujeres de Chorrera Mirador, 48 de Casa Cóndor y 15 de PulinguÍ San Pablo, tres comunidades asentadas en las faldas del coloso, trabajan junto a la cafetería. Ellas se encargan de la venta de artesanías. La Asociación Urku Wayra comercializa bufandas, guantes, gorras, pasamontañas… hechos en lana de borrego o en fibra de alpaca.
Olga Acán, de la comunidad Chorrera Mirador, cuenta que los animales están dentro de sus tierras. “En tejer una bufanda nos demoramos cerca de tres horas. Las de borrego cuestan USD 5 y las de alpaca USD 10.Tenemos los animalitos en los terrenos de abajo, los trasquilamos, tinturamos la lana o la fibra y elaboramos las prendas que nos ayuda a mantener a nuestros hijos”.
Para la comercialización de los tejidos, las mujeres aplican un sistema de rotación. Durante los fines de semana y feriados se las puede observar en las afueras de la tienda tejiendo los accesorios. Por ejemplo, Soraya Suárez llegó con su familia desde Guayaquil. Ella adquirió guantes y gorras para sus dos hijos. “Necesitamos abrigarnos para ascender porque no estamos acostumbrados al clima; los precios están cómodos”.
El primer refugio también se arregló. En julio del 2014 se inició el proceso de remodelación de los dos inmuebles a cargo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. La Prefectura de Chimborazo invirtió USD 137 000 como parte del proyecto de cuidado de páramos, para lo cual realizó un préstamo al Banco Mundial.
En las afueras de la casa se ubicaron paneles solares para dotar de energía eléctrica al edificio en donde funciona otra cafetería y el sitio de hospedaje para los andinistas de alta montaña.
El segundo refugio, el Whymper, ubicado a 5 000 metros sobre el nivel del mar, aún no está terminado.