Olga Imbaquingo R. Corresponsal en Nueva York
¿Por qué desde hace 40 años ha sido imposible lograr una reforma al sistema de salud en EE.UU.?
¿POR QUÉ
ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Tiene un PhD en Ciencias Políticas y Humanas de la Universidad de Vanderbilt. Fue profesor universitario por 40 años.
Su punto de vista. La reforma de salud propuesta por el presidente Barack Obama no será total, pero habrá más regulaciones para los seguros privados.
El sistema de salud surgió casi por accidente. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno dijo que las empresas no podían aumentar los salarios y, para atraer a los trabajadores, las compañías ofrecieron algunos beneficios, entre ellos un plan de salud. Siempre fue un derecho otorgado por seguros privados, porque EE.UU., a diferencia de Europa, se opone a cualquier participación gubernamental en lo que los ciudadanos consideran asuntos personales, la salud es uno de ellos.
Los ciudadanos parecerían no estar listos para un sistema de seguro público.
Hay dos influencias en juego: los intereses de las compañías de seguros médicos que se benefician del defectuoso sistema y la tenacidad con la que ciertos grupos se oponen a la intervención del Gobierno en sus vidas.
¿Por qué no se ve a la salud como derecho que debe ser garantizado por el Estado?
Aquí lo se cree es que cada cual tiene que valerse por sí mismo. Esa una contradicción, porque la gente está contenta con el programa de Medicare, que cubre a los jubilados, y es financiado por el Gobierno. Hay una terrible desconfianza hacia el Gobierno, esta es una sociedad que cree en el mercado libre y mucho de ese pensamiento proviene de las bases republicanas.
En medio de tantos problemas, ¿la reforma de salud es un asunto urgente?
Por supuesto. Los costos de la salud están subiendo con exageración, y no va a alcanzar ningún presupuesto para cubrirlos. Al sistema de seguridad social se le avecinan muchos problemas, pero primero caerá Medicare si no hay una solución. Gastamos dos veces más por persona que Canadá y mucho más que
Europa.
El presidente Barack Obama habló ante el Congreso, pero la retórica no será suficiente para lograr un compromiso. ¿Qué necesita decir y hacer el Mandatario para que su plan no se convierta en una pesadilla como lo fue para Bill Clinton?
Obama lo está haciendo bien y talvez vamos a tener una reforma al final de este año. Su aproximación es más precisa que la de Clinton, ha desarrollado alianzas y ha logrado hacer una causa común con la Asociación Nacional de Jubilados, con la Asociación Médica Americana, la Asociación Americana de Hospitales, las enfermeras, los productores de medicamentos… Todos quienes se opusieron al plan de Clinton están con Obama.
Obama insiste en una ley bipartidista. ¿Cree que los republicanos, que tienen un récord pobre en cuanto a logros en la salud, están dispuestos a trabajar con él?
No serán muchos. Quizá logre atraer a unos pocos en el Senado, pero la oposición ya tomó la decisión de descartar cualquier reforma de salud. Esto no pesará porque hay una mayoría demócrata, aunque no le vendría mal si logra el apoyo de algunos republicanos en el Senado.
¿Por qué es importante incluir la opción pública?
Porque sin esta competencia no habrá presión para que los seguros privados reduzcan sus costos. Se requiere un tipo de seguro de salud sin fines de lucro que obligue a competir en precios.
¿Qué pasaría si la reforma descarta el seguro público?
Los costos seguirán aumentando y más ciudadanos quedarán al margen. Se debe hallar un mecanismo para estabilizar los costos.
La oposición no quiere que el Gobierno corra con los gastos de un seguro público. Pero si no lo hace el Gobierno, ¿quién lo hará?
Nadie. Probablemente terminaremos en una reforma donde no habrá un solo pagador. La otra parte del debate es que los seguros médicos privados no podrán negar el seguro a nadie ni deberán dar por terminado el seguro si una persona se enferma. Serán más y mejor regulados.
¿Por qué se sigue creyendo que EE.UU. tiene el mejor seguro del mundo, si tiene 46 millones de personas sin seguro, 100 millones de niños sin seguro dental y más de 16 000 muertes anuales por no tener seguro?
En mi caso, puedo decir que tenemos un sistema de salud maravilloso. Acabo de jubilarme, tengo un buen servicio y una buena clínica. Para muchos Medicare, el programa que cubre a los jubilados, funciona muy bien, pero no es bueno para los pobres, los desempleados, los de bajos salarios, los ancianos sin jubilación ni para los asegurados.
¿Políticamente qué le pasaría a Obama si no logra la reforma?
Su presidencia quedará maltrecha, el costo político será muy alto y resultará más difícil liderar políticas ambientales, reformas al sistema financiero y una ley de inmigración. Pero él está determinado a conseguir una reforma, lo que queda por saber es si se incluirá el seguro público.
¿Es justa la satanización a los inmigrantes indocumentados a propósito de la reforma de salud?
Por ahora parece que no conviene hablar de algún tipo de inclusión para indocumentados, porque habrá más oposición. Aunque debemos ser claros: no será una reforma radical.