[[OBJECT]]Los vecinos de las manzanas A y C de Turubamba, en el sur, muestran su inconformidad por no haber sido incluidos en el estudio técnico que realizó el Municipio, con el fin de identificar las causas de las fisuras que aparecieron en 193 casas de la Manzana B.
En el pasaje 34, en la manzana C, vive desde hace cinco años Fanny Arteaga. La casa es de dos pisos, y está arrendada a Eduardo Alarcón. Desde la calle se observa que la estructura está inclinada.
Ella comenta que desde hace un año el piso empezó a ceder y la casa se inclinó hacia la izquierda.
En una de las uniones de las paredes se observa una fisura de unos cinco centímetros. “Cada vez se hace más grande”, dice.
Al ingresar a la vivienda, se nota un desnivel en el piso, el parqué que lo recubre está desprendido.
En la cocina, algunas baldosas se han desencajado. En el baño las tuberías se han reventado varias veces. “Los arreglos han sido continuos”, comenta.
Para Arteaga, en los estudios se debió tomar en cuenta a todo el sector. El Municipio entregó el miércoles pasado el resultado de lo estudios técnicos. En estos se determinó que Turubamba se asienta sobre acuíferos y un suelo pantanoso. Los vecinos se quejan de que solo se inspeccionó la manzana B y no en la A y C, que también conforman el sector.
Ese fue el principal reclamo al Municipio, pues los vecinos indicaron que solo en Turubamba Alto hay unas 750 viviendas.
Por el peso de la vivienda de Arteaga, la edificación de su vecina Mariana Andrade también tiene las paredes cuarteadas. El problema es más grave en el dormitorio.
En la terraza, los vidrios se rompieron debido al desnivel de las ventanas. “Nos piden que esperemos, por lo menos, dos meses. Hasta eso ya se caen las casas”.
La preocupación invade a Andrade porque hace un año compró la vivienda con un crédito. Actualmente, paga USD 700 al mes y teme que su inversión se pierda.
La casa de Carlos Carrasco es otra de las afectadas en la manzana C. Las manchas de cemento contrastan con la pintura que tenían sus paredes. Continuamente parcha las fisuras que aparecen. Al caminar por el interior de la casa, que es de una planta, se siente la vibración del piso.
“Tememos que en cualquier momento todo se venga abajo”.
En el pasaje S26E vive Lordelia López. En su casa, las paredes y columnas están partidas. “Las fisuras ahora son más grandes. ¿Van a esperar hasta que la casa se caiga?”, se pregunta, por que no hay un plan de intervención.
A Marcia Caicedo le molesta que no se haya incluido a los moradores del pasaje 26F. Ella cuenta que personal del Municipio fue a inspeccionar, pero no regresó. “Todo está hundido, las alcantarillas colapsaron, el agua retrocede, en lugar de ir al desagüe”.
El informe
Los estudios estuvieron a cargo de las empresas Geoconsult e Hidrogeocol y se aplicaron en la manzana B. Allí, 240 casas fueron inspeccionadas y divididas en siete categorías, según las afectaciones.
Lourdes Rodríguez , secretaria de Seguridad y Gobernabilidad, dijo que se hará otro estudio en las manzanas A y C. Pero aclaró que se deberá esperar entre dos y tres meses, por el proceso de contratación.