Son las 09:00 en la estación de La Y del trolebús y cerca de ocho personas hacen fila en la boletería para adquirir el boleto.
Cuando los usuarios pagan, la persona detrás de la ventanilla rasga el tique.
Marcela Torres, usuaria frecuente del medio de transporte, no está satisfecha con el sistema de pago actual. “Antes poníamos directamente las monedas en las máquinas que están junto a los torniquetes y no teníamos que hacer cola en la boletería. Ahorrábamos tiempo”, opina.
Este sistema estuvo vigente desde la inauguración del corredor, en 1995, hasta el 2008, cuando el Municipio adjudicó el sistema de recaudación a la empresa eB.
Esta compañía instauró un nuevo procedimiento de pago, la tarjeta magnética. Los usuarios atravesaban los torniquetes tras colocarla sobre un lector digital.
María Chavarría prefería este sistema. Podía recargar la tarjeta y realizar varios viajes sin necesidad de pagar cada vez.
El sistema a base de tiques está vigente desde el 9 de julio de este año. El día anterior, la Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros de Quito (Epmtpq) puso fin al contrato con eB.
Carlos Poveda, gerente de la entidad, explica que se tomó esta decisión luego de que la recaudación no aumentaba.
Con el sistema de monedas, que funcionó hasta el 2007, se recaudaba entre USD 52 000 y 54 000 diarios. Cuando eB comenzó a encargarse de la recaudación, disminuyó a USD 48 000. Actualmente, los ingresos son similares a los del sistema inicial, a base de monedas.
Con el mecanismo vigente, las personas pasan por un torniquete luego de cancelar el pasaje. En la estación norte, un guardia indica a las personas que depositen el boleto en un tacho metálico. No todos lo hacen.
Patricia Villacís, asistente de la parada Colón, dice que no es obligación de los pasajeros botar los tiques en las cajas. “Solo las colocamos para que no los arrojen en el piso”, cuenta.
Poveda corrobora esta afirmación. Los boletos pueden servir a los usuarios de los buses alimentadores para reclamar un seguro en caso de accidentes.
Explica que los boletos se cuentan en las boleterías y no cuando se los retira de los tachos.
En la parada Plaza Grande está instalado un sistema automático que debería permitir el paso de los pasajeros por los torniquetes, pero no funciona. El recaudador, que no quiso revelar su nombre, dice que el aparato está ahí desde hace cuatro meses.
Según Poveda, el mecanismo, aún no se habilita porque está en fase de pruebas. Asegura que en noviembre entrará en funcionamiento en todas las paradas y se dejarán los boletos. Sin embargo, desde el 2013, se volverán a utilizar las tarjetas magnéticas.
Más datos
En total, eB vendió 150 000 tarjetas magnéticas. De estas, solo 6 000 fueron utilizadas. Para la Empresa Metropolitana de Transporte hizo falta promoción.
El nuevo sistema de control de pasajeros está conformado por un botón rojo y un botón verde. Cuando se presiona el primero, se libera el paso a los usuarios regulares: el segundo, a quienes cobran medio pasaje.
250 000 boletos se venden diariamente en el trolebús. La empresa gasta cerca de USD 500 diarios en la impresión de papel.
Personal del trolebús recoge el papel de los recipientes en todas las paradas, a las 10:00 y a las 19:00. Luego es llevado a la estación de El Recreo, donde es embodegado. Al día siguiente, es trasladado a la empresa cartonera Incasa, donde se recicla.