“Eran cerca de las 16:00 del 15 de octubre, cuando empezó a llover. Yo vivo en mi casa de tres plantas, ubicada en la John F. Kennedy, en el norte de la ciudad. Estábamos mi esposo y mis tres hijos de 18, 11 y 5 años. Comenzaron a caer rayos, pero ya estábamos acostumbrados a escucharlos, nunca pensamos que caería uno en mi casa.
Yo estaba con mi esposo y mi hijo mayor en las computadoras, en el primer piso, y mis dos hijos pequeños estaban en el segundo mirando tele, cuando de repente hubo un estruendo terrible y se fue la luz. Fue tan fuerte que yo pensé que se estaba acabando el mundo, hasta la casa se sacudió.
Fue un caos todo. Mis hijos lloraban asustados y no sabíamos lo que pasó. Cuando subimos al tercer piso vimos que el foco del cuarto de uno de mis hijos había explotado y la lámpara había salido expulsada y estaba colgada del techo. Había vidrios regados en el piso.
La casa de mi papi queda frente a la mía, en el mismo terreno. Allí se fue la luz solo en una fase, así que fuimos a revisar el medidor. Subimos a la terraza y nos dimos cuenta de que el agua se estaba yendo, había una fuga. Resulta que el calefón había reventado y salía agua por montones. Ahí nos dimos cuenta de que en la parte superior del calefón había dos tubos de cobre y al parecer por ahí entró el rayo.
Fue tan fuerte lo que pasó que, por ejemplo, los interruptores para prender la luz salieron volando, los tomacorrientes estaban hechos chicle y las lámparas explotaron.
Gracias a Dios, yo tenía todos los electrodomésticos con reguladores de voltaje. Todo, desde las computadoras, hasta la lavadora y la refri. Todos los reguladores se quemaron, pero menos mal no los aparatos.
Lo que sí se quemaron fueron todos los focos, los cargadores de celular que estaban conectados, tres teléfonos de base, un Blu Ray, los tomacorrientes, el portero eléctrico, las pantallas de video, el timbre y el motor del garaje. A mi mami se le quemó la refri.
Llamamos a la Empresa Eléctrica y al día siguiente llegaron los técnicos. Colocaron un nuevo medidor y nos dijeron que tuvimos muchísima suerte porque el rayo entró por el tubo de la terraza y se ramificó. Salió por partes: una, por una cerca eléctrica que bordea la casa; otra, por el medidor; y otra, por el cable que va al poste. Dijeron que no fue más grave porque el rayo se fue a tierra.
Todavía no hago la solicitud para que la empresa me devuelva lo que se quemó. Aún estoy buscando las facturas.
Fue una experiencia aterradora. Mis hijos aun no quieren dormir solos y cada que empieza a llover, tiemblan”.
El reclamo se presenta hasta en 60 días
La Empresa Eléctrica Quito (EEQ) informó que de enero a septiembre de este 2021 se recibieron 320 reclamos por algún artefacto quemado. De estos, 264 fueron aceptados.
La empresa utiliza dos vías para liquidar los reclamos. La primera es a través de Seguros Sucre, los 62 pedidos de más alto valor fueron saldados por esa vía, 15 están pendientes y el resto los asumió la misma EEQ.
En lo que va del año, el mes en el que hubo más reclamos fue marzo: 68. Ese no es un mes conflictivo, el año pasado se recibieron apenas nueve, pero este año hubo una eventualidad. El 26 de febrero pasado ocurrió una tormenta eléctrica fuerte, que provocó 78 reclamos, algunos ingresaron ese mismo mes, pero la mayoría, en marzo.
Para acceder a la devolución, la persona debe notificar a la EEQ en un plazo no mayor a 60 días. Debe llenar el formulario de reclamo por equipos dañados. El documento está disponible en las agencias o en www.eeq.com.ec. Es necesario adjuntar la cédula y una carta de pago del servicio eléctrico.
Una vez que se cuente con el informe técnico, la EEQ analiza la información y notifica el resultado.
El perjudicado tiene dos opciones: la primera es mandar a arreglar el aparato. En ese caso, debe presentar el original de la proforma de reparación, documento que debe ser emitido solo por talleres registrados en el SRI.
Pero, si se trata de un daño irreparable, se debe adjuntar la cotización de un equipo de características similares y la copia de la factura. También puede hacer una declaración juramentada de la propiedad de los mismos.
La aseguradora hará una inspección de los artefactos afectados y emitirá el informe determinando el valor a devolver. El trámite demora 15 días laborables.