3 soluciones de movilidad están en el papel
El Metro es solo una de las propuestas que se plantearon para mejorar la movilidad en la ciudad, en los últimos 15 años.
Más de 11 proyectos no fueron terminados por diversas razones. Una iniciativa que estuvo a punto de ejecutarse fue el tren ligero, diseñado en la administración de Paco Moncayo.
Con un costo que bordeaba los USD 750 millones, este sistema de transporte rápido hubiese aumentado la oferta de transporte desde Caupicho, en el sur, hasta Carcelén, en el norte. Según los estudios, 300 000 personas se habrían transportado cada día.
En los planos se contempló la construcción de 21 paradas distribuidas a lo largo de la ciudad.
Las personas encargadas del proyecto hicieron dos trazados que tenían una diferencia fundamental. El primer diseño cruzaba por el Centro, mientras que el segundo lo bordeaba por la avenida Velasco Ibarra.
El intervalo de las unidades en cada parada debía ser cada cinco minutos en horas pico y 10 minutos en horas valle. Esto garantizaba su eficiencia, se explica en los documentos de respaldo del proyecto.
A diferencia de un subterráneo, el tren pasaba por vías exclusivas en la superficie. En algunos tramos se habrían construido soportes aéreos y, en caso de pasar por el Centro Histórico, las unidades habrían ido por debajo de la tierra.
Moncayo dijo que esta era la solución que le recomendaron los expertos en movilidad y que era parte de Equinoccio XXI, un plan integral para solucionar los problemas de la ciudad para los próximos 25 años.
Este proyecto se paralizó en el 2009, en la siguiente Alcaldía. “Desde que llegó el alcalde Barrera se centró en hacer el Metro, entonces la inversión hecha no sirvió para nada”.
El exalcalde Barrera puso en marcha un nuevo esquema de transporte masivo, cuya columna vertebral era el Metro. Ofreció que esta megaobra se concretaría a un costo de USD 1 500 millones. No obstante, la continuidad de este sistema se puso en duda cuando el precio subió y provocó un déficit en el financiamiento que oscila entre USD 500 y 1 500 millones.
Barrera proyectó en su plan de vialidad, la construcción de 14 vías de primer orden. La inversión total era de USD 630 millones. Cinco de estas rutas quedaron pendientes. Una de ellas es la Troncal Distrital, vía paralela a la Simón Bolívar que habría beneficiado a los valles.
Otras de las obras planificadas que no se ejecutaron fueron la ampliación de la Mariscal Sucre hasta Las Cuadras, en el sur, y la conexión de la avenida Simón Bolívar con Monjas.
A estas obras se suma la vía Gualo-Puembo, cuya licitación fue suspendida en enero del 2010. La construcción de 13 kilómetros quedaron pendientes para unir el norte de Quito con el Aeropuerto Mariscal Sucre.
El costo, en esa época, ascendía a USD 110 millones y era una de las principales opciones que barajó la administración Moncayo cuando comenzó la construcción en Tababela.
Otra obra propuesta por Moncayo fue la construcción de una avenida paralela a la Mariscal Sucre, en el norte, pero no prosperó. Pasaron 10 años y Mauricio Rodas retomó los estudios de esta ruta que va desde Pusuquí hasta el Centro Comercial El Bosque.
La Vía Perimetral que cruza por Nayón se pensó en el 2001 y continúa en trazados. Entonces, la inversión económica era de más de USD 126 millones. Hoy, el proyecto de la Universidad Católica -que se ubicará en este valle- tomó en cuenta el paso de la vía y se la incluyó en las maquetas.
La administración de Rodas presentará, en las próximas semanas, su plan vial. Aún no se conocen detalles sobre las prioridades del actual Burgomaestre, pero puede basar su trabajo en los proyectos que ya tengan estudios previos.
Rodas, además, afronta el problema de conseguir el financiamiento del Metro y de cumplir con sus promesas de campaña de ampliar el servicio Trolebús y Ecovía.
A esto se suma la iniciativa de los metrocables, que son cabinas similares a las del Teleférico que sirven como medio de transporte para las personas que viven en zonas altas.
La Secretaría de Movilidad informó que dentro de los proyectos estratégicos está el denominado Quito Cables, que se encuentra en su fase de estudios de factibilidad. Según los primeros análisis que maneja la entidad, se priorizará en los barrios de Pisullí, Colinas y Jaime Roldós, en el norte; Toctiuco Alto y El Tejar, en el centro; y La Mena Dos y La Argelia en el sur. Se espera que la construcción de una primera línea empiece en el 2015 y esté en funcionamiento un año después, informó la entidad vía ‘e-mail’.
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En contexto
Las diferentes administraciones plantearon sus propias propuestas para solucionar el tráfico en el Distrito. Pese a que en la mayoría de casos hubo estudios, no se concretaron las obras y los predecesores en el Municipio impulsaron sus propios proyectos.