La semaforización mejoró, pero aún hay problemas en los cruces

En la calle Benalcázar. Cuando la luz del semáforo cambia a verde, aún hay conductores atravesados en la intersección con la calle Olmedo. Foto: EL COMERCIO

La luz de un semáforo en rojo, en la otra esquina en verde y en la siguiente, en rojo. Esa secuencia de luces se observa en la calle Mejía, que cruza el Centro Histórico de occidente a oriente. En Quito hay 828 intersecciones reguladas con semáforos. De estas, 428 están administradas por el Municipio y 400 por la Policía Nacional.
Cuando se enciende la luz verde en la intersección con la Benalcázar, los choferes avanzan, pero se vuelven a detener en la siguiente cuadra de la García Moreno.
Cuando ese semáforo da paso, el de la Venezuela ya estaba en verde. La luz verde de los tres semáforos coincide por 14 segundos. Para Arturo Benítez, conductor, la mala sincronización es una de las causas de la congestión vehicular y un problema que ocasiona demoras en los recorridos y mayor consumo de combustible.
[[OBJECT]]En otros casos, el tiempo programado en los semáforos para el cambio de luz no alcanza a evacuar la cantidad de carros que intentan cruzar la intersección. Eso sucede, por ejemplo, en la esquina de la Olmedo y Benalcázar.
Cuando el semáforo que regula el tránsito de la Benalcázar, de norte a sur, cambia a verde, hay otros conductores que circulan por la Olmedo, que aún están atravesados en la intersección de oriente a occidente.
José Cevallos, chofer del bus 1494 de la cooperativa Bellavista, asegura que en las horas pico recorre seis cuadras en 45 minutos. “Si los semáforos funcionaran bien haría solo 15 minutos”.
El mejoramiento del sistema de semaforización fue una de las 24 medidas propuestas, el año pasado, por el Municipio para ayudar en la movilidad.
Entre junio y diciembre del año pasado, la empresa SICE trabajó en la optimización del sistema centralizado de semáforos, que comprende 280 intersecciones.
Ahí se identificaron 44 cruces conflictivos, en las cuales se modificaron los horarios y los ciclos de los aparatos. También se hizo una actualización tecnológica.
Según Germánico Pinto, gerente de la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, esto significó una mejora del 20% en el tiempo de recorrido, velocidad promedio de circulación y número de paradas.
Diego Jiménez, jefe de producción de la empresa Goia, que desarrolla sistemas de semaforización, explica que para mejorar la sincronización es necesario crear un sistema centralizado a cargo de una sola entidad.
El propósito debe ser que todos los semáforos de la ciudad se conecten entre sí, formando una red, que sea controlada desde una central de operaciones.
La Dirección Nacional de Tránsito informó que ya se hizo la solicitud para que todo el sistema de semaforización pase a manos del Municipio. Esa transferencia aún no se concreta.
Una vez centralizado todo el sistema, Jiménez dice que se puede incorporar tecnología que permita reprogramar los horarios y tiempos de los semáforos según la hora, la intensidad del tránsito y la prioridad de la vía.
Luego del trabajo de optimización, el Cabildo anunció un cambio tecnológico de todo el sistema a un costo de USD 25 millones. Ese plan estará listo en dos años.