Escasa afluencia de pasajeros en las estaciones de La Ofelia y Carcelén, en el norte de Quito

Las personas permanecen a distancia segura en la estación de La Ofelia. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Las personas permanecen a distancia segura en la estación de La Ofelia. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Pasajeros en la terminal de La Ofelia, en el norte de Quito, este miércoles 3 de junio del 2020. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Entre 10 y 15 minutos debían esperar los usuarios por las unidades de transporte en las terminales de Carcelén y La Ofelia, en el norte de la Quito. Ocurrió durante la mañana de este miércoles 3 de junio del 2020 al inicio del semáforo amarillo en la capital.

Según las nuevas medidas municipales, el transporte urbano podrá trabajar con el 50% de su aforo. El intraprovincial está autorizado, entre cantones con el mismo color. El interprovincial únicamente entre cantones de provincias colindantes con el mismo color.

Desde las 05:00 se abrieron las puertas de las estaciones y allí se toma la temperatura a los pasajeros. En las ventanillas se cobraba la tarifa de USD 0,25 y la cajera les pedía que paguen con monedas equivalentes a esa cantidad. También se proporcionaba gel antiséptico a quienes accedían a las paradas.

Las personas permanecen a distancia segura en la terminal de La Ofelia. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

En La Ofelia, las personas se ubican a dos metros de distancia. Lilián Paucar trabaja en el Hospital San Francisco del IESS y tomó un taxi para llegar a la estación. “No podemos tomar buses en la calle porque circulan a toda su capacidad; está un poco complicado”.

Gonzalo Pérez esperó 10 minutos por un bus para trasladarse al Centro Histórico a realizar trámites. “Aquí en La Ofelia hay poca afluencia, pero en Carcelén hay bastante gente. Hay pocas unidades, falta poner más. Yo creo que deben salir a trabajar todos los vehículos”.

Pasajeros en la terminal de Carcelén este miércoles 3 de junio del 2020. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

En la parada de Carcelén se registraron pocos pasajeros. Manuel Chinchilla se atrasó a su trabajo en Calderón porque hay pocas unidades y le tocó esperar. “Hay gente que llega de a poco, pero los carros se demoran mucho en llegar”.