‘¡No puede ser que solo por 10 minutos me cojan!”, decía enojado un conductor que fue detenido por infringir la restricción del pico y placa, la noche del martes. Fue mientras circulaba por la Gaspar de Carvajal y América, cerca del Seminario Mayor.
Eran las 19:20 cuando un policía de Tránsito le hizo detener el auto y le pidió sus documentos. El hombre argumentaba que no era quiteño, que estaba solo de paso, que debía hacer un viaje enseguida y que no podía esperar a que terminara el horario de la restricción. Para probarlo argumentaba que es de la Costa y que su auto tiene placas de Cotopaxi.
El uniformado lo escuchó y le explicó que no había justificación que pudiera evitar la sanción. Los acompañantes del conductor propusieron ir a cancelar los USD 80 de multa en ese momento, pero sin que el auto quede detenido. El policía no aceptó.
Mientras tanto un funcionario de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) registraba en el PDA (minicomputador) los datos del conductor y del vehículo.
Luego fue el turno del policía metropolitano, quien debía escoltar al infractor hasta el patio de retención vehicular correspondiente a la zona, que está frente a la ex terminal del Cumandá.
Él es uno de los 21 539 sancionados, desde el 3 de mayo, por infringir la restricción del pico y placa. Según datos de la Gerencia de Movilidad del Municipio, mayo fue el mes con menor número de infractores: 3 544, frente a los 4 986 que fueron sancionados en junio y los 4 264 en septiembre.Diego Méndez tuvo que pagar USD 80 de multa por calcular mal el tiempo. Además debió permanecer un día sin su vehículo. Cuenta que el día en que fue sancionado, en la mecánica le entregaron el auto con media hora de retraso. Intentó llegar antes de las 16:00 desde la Granados hasta su casa, cerca del Tribunal Supremo Electoral, pero no lo logró.
A las 16:05, un policía lo detuvo. “No me molesté, porque fue mi error. Le expliqué mis razones, pero él me dijo que desgraciadamente a esa hora se empieza a sancionar. Me dijo disculpe, no queda de otra, y llamó al metropolitano para que me acompañara a dejar mi carro en el patio”.
Aunque esta descoordinación le ocasionó un gasto, él apoya el pico y placa y cree que ha mejorado la situación del tránsito. “No uso mucho el carro, pero cuando salgo a esas horas siento que en las vías se circula con más rapidez. También ayuda al ambiente”.Méndez conoce a muchas personas que se quejan por la medida, pero eso le parece egoísta. “Cuando escucho eso, les digo arréglatelas, no te lo están pidiendo todos los días”.
Para él, la restricción debería ser todo el día. El alcalde Augusto Barrera informó la semana pasada que una encuesta reflejó que el 91% de quiteños quiere mantener la medida del pico y placa. Según el mismo sondeo, el 78% plantea la ampliación de la restricción a 12 horas.
En noviembre se hará la primera evaluación del sistema, puesto que la Ordenanza sobre Movilidad indica debe ser analizado cada seis meses. Una consultoría de la Universidad Central realizará la evaluación técnica del proceso.Para Marcelo Proaño, esa revisión debería incluir más salvedades. “Yo no saco el carro cuando me toca pico y placa, pero es un problema porque tengo mi hijita con discapacidad”. Un recorrido de la empresa donde ella trabaja la deja frente a El Recreo. Su padre la recoge de ahí, y cuando tiene pico y placa debe ingeniárselas en transporte público para llegar a tiempo a recibirla.
Washington Burbano es otro ciudadano que asume su error. Dice que se olvidó que los jueves debe salir sin auto en el horario establecido para la medida de descongestión vehicular. Cuando le retuvieron su vehículo estaba seguro de que la restricción empezaba a las 17:00.
En su opinión, el pico y placa no funciona. “El tránsito sigue igual y no veo hasta ahora en qué está invertida la plata. Ya deberían notarse las mejoras”. Aunque no apoya el pico y placa, se ha propuesto no volver a infringirlo.
El mal momento, finalmente, fue una forma de aprendizaje. Burbano no quiere tener que pagar una multa mayor por reincidir. Así que ahora, en su auto tiene puesto un letrero que le recuerda que los horarios en los cuales no puede circular cada jueves.