El paso elevado sobre el río San Pedro mide 182 metros de largo y se levanta a una altura de 70 metros sobre el cauce. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Es un riesgo latente. Pese a que la actividad ha bajado significativamente, el Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional señala que no se puede descartar una posible erupción del Cotopaxi. El volcán se encuentra activo.
El proceso eruptivo que vivió el coloso en agosto del 2015 sacó a la luz la vulnerabilidad de parte del sistema de agua potable del Distrito. Hasta el año pasado, la mayor afectación para Quito tenía que ver con el posible daño en dos de los sistemas de agua potable que abastecen del líquido a un 82% de la población capitalina.
Con una erupción, Quito hubiese quedado sin agua por al menos ocho meses. Hoy el riesgo se ha reducido con tres obras de mitigación que tienen un 98% de avance, según la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps).
Luego de la alerta que dio el Cotopaxi, en agosto del 2015, se desempolvó una investigación realizada por la Politécnica Nacional en el 2004; luego, se contrataron estudios actuales y se empezó la construcción de tres pasos elevados para proteger las tuberías de los sistemas de abastecimiento de agua. Así lo explica José Burbano, subgerente de Construcciones de la Empresa.
En septiembre pasado se inició la construcción de la obra, que permitiría que la lava y el lodo que se generen tras la erupción, pasen por debajo de las tuberías, sin afectar la operatividad de esos sistemas.
El de mayor magnitud se construye en el norte de Tumbaco, en el sector de Churoloma. Consta de dos torres de metal, con un cableado y una estructura de 182 metros de largo. El puente se eleva a 70 metros desde el río. Según los estudios, el lahar pasaría a 28 metros de altura del cauce, sin dañar la estructura.
Los tres pasos (quecostaron unos USD 6,3 millones) son similares, solo cambia el largo de la estructura y el ancho de la tubería. La de Tumbaco tiene 48 pulgadas, mientras que las otras dos son de 40.
En las tres obras solo falta el anclaje final y la interconexión, es decir, empatar la red -por la que al momento pasa el agua- con la recién construida. Para hacerlo se debe suspender el servicio a quienes se abastecen con esos sistemas.
Según cálculos preliminares, el corte sería por seis días. Actualmente se está pensando en formas de abastecer del líquido a la ciudadanía mientras se realizan esos trabajos. Aún no hay fecha, pero según Burbano se debe realizar este mes, aprovechando las vacaciones.
Para entender mejor la importancia de la medida, se debe saber que una erupción del Cotopaxi provocaría lahares, es decir ríos de lodo, piedras y lava, que afectarían a tres puntos de los dos principales sistemas que abastecen de agua a la capital, pese a que las tuberías están enterradas en promedio entre 1,5 y 2 metros.
Según estudios de la Escuela Politécnica, el lahar podría destruir de 10 a 15 metros por debajo del nivel del suelo, destrozando las tuberías. Uno de los lahares bajaría por el río San Pedro y afectaría a un punto de la tubería del sistema Papallacta-Quito, que entrega unos 3 000 litros de agua por segundo, a través de la Planta de Tratamiento Bellavista.
Allí, el agua viene desde la estribación norte del Antisana y se la distribuye desde la avenida Naciones Unidas hacia el norte, incluido Calderón, Cumbayá, San Antonio…, es decir a un millón de personas.
Otro de los lahares bajaría por el río Pita y el río Santa Clara, afectando a dos puntos del sistema Mica-Quito Sur, que trae 1750 litros de agua por segundo, desde la Laguna de La Mica hasta la Planta El Troje y se la distribuye desde la av. Morán Valverde hacia el sur.
Para Paco Moncayo, ex alcalde de la ciudad, urgía la construcción de la obra cuyo proyecto fue diseñado en su administración, pero que administraciones posteriores descuidaron por más de 10 años.
“En temas de seguridad no se tiene que esperar que pasen las desgracias sino que hay que prevenirlas. El terremoto pasado también nos dio un mensaje claro. Es hora de actuar”, dijo el exalcalde.
En contexto
En el 2004, el Instituto Geofísico de la Escuela
Politécnica Nacional recomendó la necesidad de construir estos pasos elevados, para prevenir una posible ruptura de la tubería de agua potable y garantizar el abastecimiento del servicio en la ciudad.