Las paradas del Corredor Central Norte, que va desde La Marín hasta La Ofelia, son estructuras metálicas muy diferentes a las del trolebús, ecovía y Corredor Sur Oriental. Son estrechas, no tienen basureros y tampoco asientos para los miles de usuarios.
En los vidrios está impregnado el humo que se desprende de los escapes de los buses. La falta de mantenimiento es evidente desde la estación La Marín.
Mientras el sector donde paran los articulados de la ecovía lucía limpio y en buen estado, el espacio destinado para las unidades del metrobús tenía basura esparcida en las todas las esquinas.
Carlos Rivadeneira pagó su pasaje y le dieron una tarjeta, que ingresó por la máquina recaudadora. Al entrar a la parada, el caucho del piso estaba desgastado y roto. “Vivo en El Recreo y trabajo en La Ofelia. Cuando me subo al Corredor Sur Oriental, las paradas están en buen estado, pero al llegar a La Marín para tomar el metrobús la historia cambia”.
Desde La Marín hasta el Seminario Mayor hay paradas en los sentidos norte y sur. La parada Consejo Provincial se encuentra dentro del viaducto de la calle Manuel Larrea, este andén es oscuro y tiene vidrios rotos.
Luis Oña, estudiante, cuenta que esta parada es peligrosa en las noches “Nunca he visto un guardia de seguridad, hay muchos vendedores ambulantes que se reúnen aquí. Varias veces me han obligado a comprarles caramelos o cigarrillos”.
Las paradas se unifican desde el Seminario Mayor hasta La Ofelia. Desde el articulado se pueden ver el descuido de las instalaciones y los múltiples grafitis.
En una parte de la parada La Y hay una caseta inhabilitada, la recaudadora del lugar, quien prefirió no dar su nombre, comentó que desde hace algunas semanas tres desconocidos lanzaron gasolina y quemaron la caseta. “Los bomberos apagaron el incendio y acordonaron la zona”
El Corredor Central Norte empezó a operar desde el 2004 integrando a cinco cooperativas de trasporte (Catar, Conetra, Globaltrans, Pichincha y Tesur).
Héctor Guevara, presidente de la Asociación, cuenta que este sistema recorre 22 kilómetros y que diariamente viajan alrededor de 4 000 pasajeros. Guevara comentó que el corredor es operado de manera conjunta.
“El Municipio se encarga de la parte operativa, la Empresa Taski de la recaudación y de la seguridad, y nosotros manejamos las unidades. En el tema de la limpieza y mantenimiento la responsabilidad es compartida con el Municipio”. Las paradas se barren en la mañana y en la tarde. Hay grafitis por todo lado.
“Si los limpiamos aparecen más. Hay que mejorar la cultura ciudadana”, dijo Guevara.
En la parada Del Maestro, los vidrios están rotos y se ha colocado plástico para evitar el paso del viento y la lluvia, sin embargo esto no ha dado resultado. Lucía Calle, usuaria, comentó que la semana pasada se cayó al salir de esta parada. “Cuando llueve, el piso de baldosa es resbaloso y como no hay alfombras de goma, los usuarios corremos peligro al transitar por aquí”.
También hay deterioro en la parada Edmundo Carvajal. Allí, los vidrios están cuarteados al igual que la baldosa del piso. Un inmenso grafiti cubre todo un costado de la parada.
Los usuarios no saben dónde hacer el reclamo y se quejan por la falta de mantenimiento. “Cuando llamé al Municipio, me dijeron que no son responsables de este corredor. Al final, nadie se hace responsable y nadie puede determinar hasta cuándo estas estaciones seguirán deteriorándose a ese ritmo acelerado”, dijo ayer Luis Arce.