A las 10:39 de ayer, Maritza García, propietaria de la marisquería El marinero, ubicada en la avenida 5 de Junio y General Miller botaba agua sobre la vereda y la calzada sin pavimentar de la puerta de su negocio.
Esto lo hace todas las mañanas desde el 22 de febrero, fecha en la cual se iniciaron los trabajos de repavimentación en la avenida 5 de Junio. A un lado de su negocio hay una montaña de tierra y escombros. “No es posible que no se los retire. Esto causa molestias a los peatones y clientes”.
A pesar de que en la esquina de la avenida Rodrigo de Chávez y 5 de Junio se ha colocado un letrero de señalización (solo buses), que busca restringir el ingreso de carros particulares, no se cumple. A las 10:45 de ayer, varios vehículos entraban por la 5 de Junio y Rodrigo de Chávez. A esa hora no había ningún policía de Tránsito que controle allí.
Luis Calle comentó que no vio el letrero y que no estaba informado del cierre de la vía. A la altura de la calle General Miller, cuatro metros antes de llegar al negocio de García, se colocó cinta amarilla y dos letreros que informaban el cierre temporal de la avenida.
A las 11:05, el tránsito fluía en el sector. Pero esto no es así en horas pico, dijo Antonio Vaca. Él tiene una mecánica en el barrio. Según Vaca, todos los buses, carros particulares y taxis que buscan llegar al centro de la ciudad ingresan a la avenida 5 de Junio y cuando se dan cuenta del cierre a la altura de la calle Miller, se congestiona el sector. “La fila de carros levanta el polvo y el pito de los mismo es insoportable”, dijo.
En la calle General Miller, los conductores que quieren llegar al centro encuentran dos alternativas. La primera y la usada por los buses de transporte público es desviarse a la Necochea, para luego tomar la avenida Mariscal Sucre y circular por los túneles.
Algunos buses como los de la Cooperativa Bellavista, que recorre la ruta San Juan Pintado, avanzaban por la calle General Miller hasta la Necochea. Ahí se desvían por la Bahía de Caráquez para llegar a la Chimborazo y continuar su recorrido por la Venezuela.
Los carros que circulan por la 24 de Mayo deben sortear las maquinarias y los escombros. Karla Oña, estudiante, iba en su auto por la calle Barahona. Ella vive en la ciudadela Atahualpa y debía llegar al Centro Cultural Metropolitano, en la García Moreno y Espejo, para asistir a una exposición fotográfica.
La calle García Moreno es de un solo sentido (norte–sur). Sin embargo, en sentido sur-norte, los carros ingresaron en contravía hasta la calle Rocafuerte. Ahí se genera un cuello de botella.
Los buses que circulaban en sentido oriente-occidente subían por la calle Rocafuerte para salir a los túneles. Los carros que iban en sentido norte-sur también tomaban esta estrecha calle.
Para evitarse estos contratiempos, el taxista Alberto Haro prefiere desviarse hacia el lado occidente de la calle General Miller. En lugar de subir a la Necochea y tomar la Mariscal Sucre, Haro baja hasta la Leonidas Batalla, sigue por la Emilio Terán y sale a la calle Jaime del Castillo. Ahí da la vuelta y baja hasta el sector del río Machángara, toma la Maldonado e ingresa al centro.
“Siempre ha sido difícil el ingreso al centro y con el cierre de la 5 de Junio no queda más que buscar alternativas”, comentó.
La avenida 5 de Junio permanecerá cerrada hasta el próximo domingo, por los trabajos de repavimentación. La sugerencia es ingresar al centro, desde el sur, por la av. Maldonado.