Según proyección del Ministro, entre 50 y 60% de pobladores se infectó. Foto: Eduardo Teran / EL COMERCIO
A 36 días del paso al semáforo amarillo, Quito se ha mantenido como la segunda ciudad con más contagios de coronavirus en el país. Está a menos de 13 puntos porcentuales de Guayaquil, la más golpeada por el covid-19.
El crecimiento ha sido pausado. Pero -alertan epidemiólogos como Alberto Narváez, en colaboración con el Consorcio Internacional de Modelado Covid-19 (liderado por las U. de Oxford y de Cornell)- si la población no sigue medidas de protección se puede llegar a los niveles de Guayaquil.
Desde hace un mes, en la capital se ha registrado un aumento de casos lento, paulatino pero sostenido. Se conoce como oleada, es decir, no hay un crecimiento abrupto, como se dio a inicios de la pandemia.
“Si la cantidad de infectados se duplicara en menos de cinco días se podría hablar de un pico, pero si lo hace en un mes se trata de una oleada”, precisa el infectólogo Byron Núñez.
Esto ocurrió en la capital. Hasta el martes -última cifra publicada- se registraron 8 346 diagnósticos. Es decir, más del doble de lo reportado el 3 de junio, en donde hubo 3 842. Ese día se dio el cambio del semáforo, para impulsar la reactivación económica.
El número de fallecidos también ha aumentado. En las cifras oficiales se habla de 563 decesos, más 128 probables y 13 sospechosos. Sin embargo, “el dato podría ser mayor, porque hay subregistro por déficit de aplicación de pruebas PCR”.
En Quito, según el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, “del 50 a 60% de la población ya podría estar contagiada”. Esto con base en una proyección de resultados del muestreo multietápico probabilístico hecho hasta el 24 de mayo.
A través de la aplicación de pruebas rápidas, detalló ayer en Radio Máxima, se concluyó que el 33% de quiteños desarrolló inmunidad a esa fecha.
Este Diario ha solicitado una entrevista para ahondar en el tema y conocer cifras actualizadas de ocupación de camas, pero la Cartera no ha respondido desde el 24 de junio.
Con los datos disponibles, Narváez y el Consorcio hicieron una proyección de lo que podría afrontar la capital. “El tope de contagios se sentirá en agosto, cuando se superará la capacidad hospitalaria; más de lo registrado hoy”.
Si este cuadro (aumento de casos desde junio) se mantuviera, podría ser el inicio de un brote explosivo, alertan.
En la red pública y privada se reportan niveles de ocupación máximos. Hasta el lunes 6 de julio -último dato proporcionado- en las unidades médicas del IESS no había camas disponibles en terapia intensiva. Y en hospitalización, 10 sitios estaban libres en el Quito Sur y el Carlos Andrade Marín.
Sin embargo, hay una lista de espera que suma las 99 personas. Así, 70 pacientes buscan una cama en hospitalización y cuidados intermedios; y 29, en salas de terapia intensiva.
El 29 de junio no había camas en el Pablo Arturo Suárez, Eugenio Espejo y Enrique Garcés. Pero según el Ministro se han aplicado técnicas como oxigenoterapia para paliar la necesidad de terapia intensiva. Y se ha aprovechado el servicio de subcentros de salud.
El Municipio también apoyó con la instalación de un hospital temporal en el Bicentenario. Aunque se colocaron 360 sitios, hay 100 camas habilitadas; 99 están ocupadas.
Eduardo Castro preside la Sociedad Ecuatoriana de Neumología, que el 22 de mayo alertó al alcalde Jorge Yunda sobre riesgos del cambio de semáforo. “La ciudadanía no respeta el uso obligatorio de mascarilla y el distanciamiento social, organizan incluso fiestas”.
A esto se suma una débil vigilancia comunitaria para detectar a tiempo casos, dice el salubrista Fernando Sacoto.
EL COMERCIO
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