La heladería Lekka Lekka se encuentran sabores como Nut y biscuit Ferrero, choclate puro, avellana… Foto: Paúl Rivas: EL COMERCIO
Antes del mediodía, Iván Romero camina desde la calle Portugal hasta la av. de Los Shyris, en donde espera por un bus. El jubilado, de 68 años, está por terminar un cono de helado, comprado en Corfus, muy cerca.
¿Para refrescarse? “No, esta ha sido mi golosina desde niño”, responde, y cuenta que cuando tiene sed simplemente bebe agua.
En ese local se encuentran sabores como mango, mortifresa, choco avellanas, almendras, macadamia, choco chips, café crocante, taxo y limón. Los precios van desde los USD 1,80.
Aunque no sea el caso de ese señor, en general, a las heladerías de la ciudad les va bien en temporadas de calor, pero también los fines de semana, cuando las familias llegan en busca de un ‘premio’ o un postre para los niños.
El suizo Hans Peter Monsch, de 74 años, confirma esa teoría. Desde hace 20 años es el dueño de Gelateria, ubicada en la avenida 6 de Diciembre, en el Centro Comercial Olímpico.
“Sale el sol y vienen los clientes, llega la lluvia y se quedan en la casa, es un sube y baja, según el clima”, apunta Hans Peter Monsch. A su negocio llegan padres con hijos los fines de semana y también durante las quincenas.
En su mostrador aparecen 16 sabores: brownie, mora, manjar, coco, amarena (salsa de cereza), vaniglia (vainilla), mandarino, chicle… Los sábados y domingos ofrece también café y caramelo y yogur. El cono simple cuesta USD 1,90. El tulipán USD 3,50.
También en el norte de la ciudad, en la avenida 6 de Diciembre, en Megamaxi, hay un puesto de venta de Baskin Robbins. En la vitrina llaman la atención los colores morado y rosa de cotton candy o algodón de azúcar.
Foto: Paúl Rivas: EL COMERCIO
También otros de café con almendras tostadas y chocolate y una mezcla deliciosa: menta con chispas de chocolate. Esta marca además cuenta con opciones más light, sin azúcar, de piña y coco o de yogur.
En Baskin Robbins hay más de 31 sabores, cuatro de ellos son de frutas locales: mora, guanábana, limón y maracuyá.
En San Pedro de Taboada, en Cumbayá y en La Ronda están tres de los cinco locales en donde se vende Dulce Placer. Mauricio Lafebre le da todo el crédito a su esposa, Ana García. Su habilidad y los conocimientos que adquirió al trabajar con la realeza en Arabia Saudita le han permitido desarrollar 230 sabores, en tres años. Pero el objetivo es ser parte del libro de Récords Guinnes y superar la marca de 950 alternativas de helado, de un estadounidense.
Cada mes exhiben de 18 a 20 sabores. Los de mayor demanda son chapo, quesadilla, humita, quimbolito y mojito cubano. Este último es tan refrescante que se vende en estos días soleados. Contiene lima, ron blanco, hierba buena, menta y una base secreta. Otras opciones son maracuyá con ají; norteño, rosero quiteño, chochos, morocho, maracuyá con tapioca, caca de perro…
En el Centro Comercial El Recreo y en la Shyris y República del Salvador está Lekka Lekka, lamer lamer, en italiano, o rico en holandés. Su propietaria Ana Lucía Rojas vivió en italiana, sus cuñados tienen heladerías en Roma. Así que ella está orgullosa de brindar al público Nut y biscuit Ferrero, choclate puro, avellana y claro, otros, sin lactosa de frutas como tamarindo, mora y maracuyá, para diabéticos, entre 24 sabores.
En Quito son muy conocidos también Los Coqueiros, con 10 sabores. Los más consumidos son los de coco, mora, guanábana y chocolate. Tienen 600 puntos de venta. Entre julio y septiembre tienen más demanda. En uno de esos meses pueden vender unas 65 000 paletas de helado de 110 gramos y 45 000, del de 60 gramos.