La pintura del paso cebra de la av. Amazonas, frente a Mall El Jardín, es visible. En el lugar hay constante control y ayuda policial. También se nota la disciplina de los peatones. Ana Cevallos va seguido al lugar y siempre usa el paso cebra para cruzar. Cree que esta es una de las pocas zonas de Quito donde los peatones respetan las normas.
Cevallos no conoce a fondo la Ley Orgánica de Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, pero cree que es cuestión de sentido común. “Todos debemos ayudar a mejorar el tránsito. Cuando cruzamos una calle por donde no se debe, arriesgamos la vida”.
Por el sector de Mall El Jardín caminaba Ximena Estévez. Ella tampoco conoce las sanciones para el peatón, pero está de acuerdo con que existan. “Así, la gente se va a acostumbrar a cumplir las leyes y va a aprender. A veces somos llevados por el mal”, dice.El Artículo 139 de la Ley (ver puntuales) hace referencia a los peatones. Según el mayor Richard Coello, del Grupo de Tránsito, en el 2010 se sancionó a 32 481 transeúntes. La Policía dirige su servicio a puntos conflictivos. Coello explica que los uniformados obligan al peatón a cruzar por su zona y al conductor a respetar el paso cebra.
Es un trabajo educativo y preventivo. Se sanciona a los peatones que se rehúsan a entender que deben cruzar por pasos peatonales, zonas de seguridad o esquinas. Hay ocasiones en las cuales el policía indica al peatón por donde puede cruzar, aun cuando no haya señalización.
Desde la ventana de un restaurante, Augusta Espín observa el intenso tránsito por la Amazonas. Un policía exige a la mayoría de conductores que se detenga ante el paso cebra, a pesar de que la misma ley estipula que en estos cruces y en toda esquina la preferencia es del peatón.
Recuerda que cuando estudiaba en la Universidad Central era una experta en ‘torear’ carros (cruzar esquivando los autos). Pero hoy es más prudente y camina hacia los pasos cebra para cruzar. Considera que hay problemas para el transeúnte en avenidas como la 6 de Diciembre.
En ciertos tramos de las aceras hay barreras que impiden el paso de los caminantes a la calle. Espín cuenta que una vez vio a un hombre sospechoso que esperaba en una de ellas. Por temor, ella prefirió cruzar en un punto sin señalización para peatones. Por su nerviosismo estuvo cerca de ser atropellada. Ella considera que estas barreras encierran a la gente en una especie de jaula.
Uno de los sitios de la ciudad donde más infracciones peatonales se ve es en la av. 12 de Octubre, frente a la Universidad Católica. Aunque allí hay un puente para las personas, la mayoría de estudiantes, profesores y otros transeúntes cruzan por la calzada.
Jimmy Rivera lo hace apurado. Revisa su celular mientras camina. ¿Por qué no usa el paso elevado? “Ahorita por la rapidez, estoy de apuro. Me atraso a clases”, se justifica. La pregunta lo pone nervioso. No sabe cuál es la sanción para su contravención y está consciente de que al cruzar por la vía revisando su celular y en zonas indebidas pone en peligro su vida e incluso la de los conductores.
En lo que va de este año, 252 infractores han recibido citaciones. El mayor Coello explica que un agente de Policía le pide su cédula al infractor, toma sus datos y extiende la citación, que va a una sala de sorteos. Este tiene tres días para imputar ante el juzgado. De lo contrario, se ratifica la sanción.
Mientras por la calle cruza un grupo de unas 15 personas, Cori Jara, estudiante de la U. Católica, camina sola por el paso elevado. “Lo uso porque me da miedo que me pisen. Cuando cruzo en otras calles paso por el cebra o espero a que no haya carros donde no hay señalización”. En dos minutos, grupos numerosos de peatones pasan por la vía y apenas una persona más lo hace por el puente.
Los estudiantes y profesores aprovechan un paso cebra falso que está en el carril sur-norte de la av. 12 de Octubre. Son franjas de colores con el dibujo de dos semáforos. Algunos autos se detienen y ceden el paso.