Resulta complicado creer que una persona genere un incendio por simple gusto, pero existe una explicación: el trastorno de la piromanía.
Según María Calvopiña, psicóloga clínica, se trata de una especie de desequilibrio en el que el individuo siente atracción por el fuego. “Lo peor es que cuando una persona sufre de ese trastorno no puede controlar sus impulsos, así que genera un incendio para satisfacer su necesidad”.
Además, tienen un fuerte interés con todo lo referente al fuego, como los bomberos. “Por ello, en ocasiones generan el incendio y de inmediato lo notifican solo para que acudan los uniformados”, añade la especialista.
Pese a que aún no se ha determinado la causa de este trastorno, el sociólogo Daniel Granda explica que se puede generar por un problema de educación.
En su opinión, los padres tienen la obligación de informar a sus hijos, desde muy pequeños, sobre el respeto a la naturaleza y lo que puede destruirla.
Si no se dan esas pautas, que deben ser reforzadas en la escuela, el individuo se formará sin una conciencia clara de sus actos, al punto que creerán que generar un incendio es algo normal.
Ambos expertos coinciden en que no todas las personas que producen fuego intencionalmente sufren de piromanía, pues hay otras que lo hacen con el propósito de hacer daño.
Esos individuos son conocidos como antisociales, pues tienen una plena conciencia de sus actos y por eso los cometen.
Esto como una muestra del desprecio e incluso el odio que sienten contra la sociedad.
Estos individuos, explica Granda, normalmente se forman en familias disfuncionales, violentas o sin padres. Entonces, realizan acciones incorrectas y deliberadamente con el fin de llamar la atención del resto.