Rocío Chalá acudió la mañana de este viernes 1 de julio de 2022 al Mercado Central, en el centro de Quito. La mujer desconocía si los precios de los productos se mantenían con elevados, como ocurrió por las manifestaciones.
De su monedero sacó un billete de USD 20 y una lista. Las verduras, que durante los 18 días del paro no habían llegado a los mercados, comenzaron a estar disponibles y con precios accesibles.
Según Chalá, el brócoli que por la escasez costaba USD 2, este viernes lo consiguió en 75 centavos. Pudo abastecer su canasta con una variedad de frutas y legumbres. “Lo mismo que estoy llevando ahora, productos como papas, fréjol, arvejas, tomates, limones y entre otros, la semana pasada lo compré en USD 40”, contó.
Dolores Tituaña, comerciante de este centro de abastos, informó que a raíz que culminó el paro y los camiones pudieron ingresar con los productos, las frutas y verduras bajaron de precio.
Productos que anteriormente habían subido hasta tres veces su precio como la cebolla blanca, el cilantro y zanahoria, ahora el cliente lo encuentra en un precio razonable.
Así lo afirma Guillermo Vera, quien acudió desde el valle de Los Chillos para comprar en el Mercado Central. El hombre comenta que hay productos que aún no han bajado el precio, pero espera que se normalice con el pasar de los días.
En el Mercado Iñaquito la tranquilidad volvió a los comerciantes. Sus puestos están abastecidos. Los vendedores cuentan que de a poco los precios están volviendo a la normalidad.
Andrea Jácome acudió a este centro de abastos en búsqueda de carnes y verduras. Con USD 50 compró pollo, chuletas, tomate, cebolla, huevos entre otros productos. “‘Con todos los productos que llevo a mi hogar espero que las compras me duren unos 15 días”, manifestó.
En los mercados, la escasez fue notoria debido a la dificultad que tuvieron los productores para llegar a los centros de abastos. Este viernes 1 de julio, el panorama es distinto en los 54 existentes en la capital.
Sin embargo, la ciudadanía solicitó a las autoridades que continúen los controles en los centros de abastos para evitar que los precios de los productos se eleven.