Son unos mujerones: empoderadas, orgullosas, talentosas y con ganas de trabajar. Dayana Lara, Laura Flores y Doris Simbaña forman parte del primer grupo de personas que fueron capacitadas para operar los trenes del Metro de Quito.
En total se necesitarán 90 conductores para la operación comercial, pero en esta primera fase se capacitó a 27. Entre ellos hay seis mujeres.
Ellas, al igual que sus compañeros, cumplieron con al menos 320 horas de capacitación en todo lo que tiene que ver con operación de trenes.
Fueron instruidas por técnicos internacionales expertos en el tema que están colaborando con la Empresa Operadora Internacional del Metro de Quito, Eommt.
Estas tres mujeres están listas para mover los trenes, por sí solas. Aprendieron sobre los 10 sistemas y 18 subsistemas que integran al Metro.
Y se siguen preparando. Todos los días, desde las 17:00 hasta las 24:00, recorren la ciudad por el túnel desde Quitumbe hasta El Labrador, sin pasajeros, para adquirir más experiencia.
Las mujeres en el Metro de Quito
Los operadores deben tener varias habilitades, entre las más importantes: tener capacidad para hacer multitareas y trabajar bajo presión. Por esa razón, las mujeres son ideales para estos puestos.
En el Metro de Medellín, el 70% del personal relacionado con la conducción de trenes y tranvía es femenino. Lo cuenta Daniel Cano, con 10 años de experiencia, quien es uno de los instructores de los operadores de tren en el Metro de Quito.
Asegura que las chicas suelen acoger mejor todas las actividades que un operador debe realizar.
El operador es el encargado de tener la llave de mando del tren y la llave que abre la puerta de la cabina. Es decir, ellos deben abrir el vehículo y hacer la inspección necesaria antes de cada viaje, tal como lo hace el piloto de un avión.
Ponen a punto el tren para que empiece su marcha. Recorren tanto en el exterior como en el interior para verificar que el tren esté operativo. Por ejemplo, que funcionan las luces, los pulsadores, las puertas, la ventilación…
La cabina está llena de botones y cada uno cumple una función. Además, controlan el manipulador de tracción, que es el que se encarga de acelerar y desacelerar el tren. No hay volante porque el tren siempre sigue la dirección de las rieles y no puede desviarse.
Como parte de la política de equidad e igualdad de género, la empresa motiva la igualdad de oportunidades. El 40% del personal es femenino, el objetivo es llegar al menos a un 50%.
A continuación, para leer la historia de cada una de las conductoras del Metro coloque el cursor sobre el nombre y se desplegará el texto.
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