El grupo de ciudadanos cubanos estuvo primero en los exteriores de la Embajada de México. Foto: Paúl Rivas
Los colchones están sobre el césped del parque La Carolina. Son las 20:30 de este martes 28 de junio del 2016 y la mayoría de cubanos que está en el lugar usa frazadas o cobijas para paliar el frío veraniego. Las mujeres y niños se encuentran acostados y usan gorros y guantes de lana. Los hombres, en cambio, fuman un cigarro y conversan bajo la luz de los postes de una parte de este espacio recreativo.
Esta es la tercera noche que están en ese sitio, pero desde que duermen en un espacio abierto suma 11 jornadas. Primero estuvieron en los exteriores de la Embajada de México, en el centro norte de Quito. Allí formaron un pequeño “campamento” en el que bordeaba las 250 personas. Eligieron ese lugar para solicitar que se les otorgue una visa y, de esa forma, viajar a México y luego cruzar a los Estados Unidos. Pero eso hasta ahora no ha ocurrido.
La mañana del domingo pasado fueron desalojados de los exteriores de la delegación diplomática. Por eso, acudieron a La Carolina en donde aprovechan una pequeña estructura de metal para cubrirse del frío de la noche y madrugada. Sin embargo, esto no es suficiente. Por eso han pedido (y han recibido) colaboración de ropa abrigada y bolsas de dormir. No están permitidos de armar carpas.
Duermen en La Carolina
Los colchones estaban sobre el césped del parque La Carolina, en Quito, el martes 28 de junio del 2016, esta fue la tercera noche que están en ese sitio, pero desde que duermen en un espacio abierto suma 11 jornadas. Eligieron ese lugar para solicitar que se les otorgue una visa y, de esa forma, viajar a México y luego cruzar a los Estados Unidos. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Los colchones estaban sobre el césped del parque La Carolina, en Quito, el martes 28 de junio del 2016, esta fue la tercera noche que están en ese sitio, pero desde que duermen en un espacio abierto suma 11 jornadas. Eligieron ese lugar para solicitar que se les otorgue una visa y, de esa forma, viajar a México y luego cruzar a los Estados Unidos. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Los colchones estaban sobre el césped del parque La Carolina, en Quito, el martes 28 de junio del 2016, esta fue la tercera noche que están en ese sitio, pero desde que duermen en un espacio abierto suma 11 jornadas. Eligieron ese lugar para solicitar que se les otorgue una visa y, de esa forma, viajar a México y luego cruzar a los Estados Unidos. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Los colchones estaban sobre el césped del parque La Carolina, en Quito, el martes 28 de junio del 2016, esta fue la tercera noche que están en ese sitio, pero desde que duermen en un espacio abierto suma 11 jornadas. Eligieron ese lugar para solicitar que se les otorgue una visa y, de esa forma, viajar a México y luego cruzar a los Estados Unidos. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Los colchones estaban sobre el césped del parque La Carolina, en Quito, el martes 28 de junio del 2016, esta fue la tercera noche que están en ese sitio, pero desde que duermen en un espacio abierto suma 11 jornadas. Eligieron ese lugar para solicitar que se les otorgue una visa y, de esa forma, viajar a México y luego cruzar a los Estados Unidos. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Los colchones estaban sobre el césped del parque La Carolina, en Quito, el martes 28 de junio del 2016, esta fue la tercera noche que están en ese sitio, pero desde que duermen en un espacio abierto suma 11 jornadas. Eligieron ese lugar para solicitar que se les otorgue una visa y, de esa forma, viajar a México y luego cruzar a los Estados Unidos. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Los colchones estaban sobre el césped del parque La Carolina, en Quito, el martes 28 de junio del 2016, esta fue la tercera noche que están en ese sitio, pero desde que duermen en un espacio abierto suma 11 jornadas. Eligieron ese lugar para solicitar que se les otorgue una visa y, de esa forma, viajar a México y luego cruzar a los Estados Unidos. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
La comida también proviene de las donaciones de la gente. La noche de este martes 28, merendaron arroz y ensalada de tomate y choclo. Esos alimentos fueron donados por dos familias de ecuatorianos y colombianos. El lunes, bebieron café y comieron pan caliente. Otras personas les entregaron esos productos.
Pero la preocupación crece, pues el viento de verano en la capital se intensifica y tienen miedo de que los niños enfermen. De allí que en estos días buscarán un plástico para cercar el campamento en las noches y evitar que el viento ingrese.
Entre las personas que estuvieron, este martes 28, en esas condiciones está Efraín Sánchez Mateo. Él también es dirigente y dice que no dejarán esas instalaciones hasta que México o Estados Unidos les otorguen una visa y poder viajar sin correr riesgo, pues ya no quieren que existan más desapariciones y muertes.