Las brigadas médicas atendieron el jueves a los habitantes de Chavezpamba que presentaban síntomas. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
No hay una sola parroquia en Quito, ni rural ni urbana, que esté libre del virus. En cada parte de la jurisdicción hay personas contagiadas, aunque la mayoría de casos positivos se concentra en las zonas más pobladas de la urbe, donde existe movimiento comercial y se generan tumultos.
Cuando la pandemia empezó, la zona rural fue la menos golpeada. Existían parroquias como Minas, Puéllaro, Perucho, Lloa y La Merced donde, hasta finales de abril, no se registraban contagios.
La tasa de prevalencia por cada 1 000 habitantes era 0 en 21 de las 33 parroquias rurales. Pero conforme el virus se expandió, los enfermos aumentaron. Hoy hay parroquias rurales que tienen tasas altas en comparación con las urbanas, pese a no tener muchos positivos. Esto ocurre básicamente porque tienen poblaciones pequeñas, que no superan los 1 000 habitantes.
Chavezpamba tiene 16 casos, pero cuenta con una población de 735 personas, por eso su tasa es de 22 por cada 1 000 pobladores, que la ubica en el puesto número siete de todo el Distrito Metropolitano.
Las estadísticas que maneja la Secretaría de Salud del Municipio evidencian que la tasa en algunas parroquias rurales crece más que en las urbanas.
Ximena Abarca, secretaria de Salud, muestra un mapa en el que se ven las zonas con más casos por habitantes pintadas de rojo. La tendencia -señala- es que el número de casos aumente en el sector rural, pero como no son centros económicos, usualmente pasan desapercibidos.
Justamente por eso esta semana se empezaron a desplegar brigadas médicas a las zonas rurales con tasas altas.
El miércoles, una de ellas fue a las comunidades cercanas al relleno sanitario de El Inga; y el jueves, otras acudieron a Chavezpamba, parroquia rural con la tasa más alta, ubicada a dos horas del norte de Quito.
Se trata de un poblado rodeado de montañas. Desde cualquier parte de la zona se pueden ver las lomas, sembríos y huertos. La mayor parte de la comunidad se dedica a la agricultura y al trabajo en dos grandes florícolas del sector.
Siembran productos de ciclo, corto como maíz, fréjol, camote, maní, amaranto, limón aguacate, chirimoya, mandarinas y naranjas. Además, crían cerdos, vacas y gallinas.
En Chavezpamba no hay discotecas ni bares ni mercados, por lo que no existen aglomeraciones. Las personas se alimentan de lo que la tierra da y de pequeñas tiendas para consumo local. El único lugar en el que se reunía la comunidad era la iglesia central, pero desde que empezó la pandemia permanece cerrada.
El trabajo de las brigadas en esta parroquia empezó desde las 09:30 y se extendió hasta la tarde. Se instalaron cuatro mesas, donde las personas dejaban sus datos personales y respondían las preguntas de los profesionales médicos.
Los doctores evaluaban a los pacientes, y a quienes presentaban alta sospecha los hacían pasar al salón parroquial donde les tomaban pruebas PCR.
Talía Campoverde, vocal del GAD parroquial, cuenta que el llamado fue solo a las personas que tenían síntomas asociados al covid-19; asistieron unos 150 pacientes. Se priorizó la atención a quienes trabajan en primera línea, como policías, y a los dueños de tiendas.
Campoverde asegura que actualmente ningún morador de la parroquia tiene el virus activo; y que las cifras que maneja el Ministerio de Salud corresponden a personas que nacieron en ese sector y están empadronadas allí pero que ahora viven en Quito.
Los pocos casos confirmados que se han detectado en la zona -dice- fueron superados y los cercos se cumplieron.
Martha Gordón, directora de la estrategia Brigadas Comunitarias, explica que en Chavezpamba se hicieron 50 pruebas PCR y en 48 horas se entregarán los resultados.
Indica que durante los chequeo, los doctores evaluaron a los pacientes. A las personas a las que se les realizó una prueba se les pidió que guardaran aislamiento, incluso a aquellas que no tenían síntomas pero que estuvieron en contacto con positivos.
La próxima semana las brigadas irán a Llano Chico, Píntag y La Merced. Para armar el cronograma de visitas a parroquias toman en cuenta no solo la densidad de casos sino el acceso a los servicios.
En el momento están desplegadas en toda la ciudad 20 brigadas móviles y 17 fijas. Pero desde el próximo martes se sumarán 13 grupos móviles más.
Gordón señala que el trabajo en las zonas rurales se hace de la mano de los líderes y que la organización de las comunidades facilita la tarea.
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