A pesar de que los trabajos para estabilizar por completo el talud de la avenida Simón Bolívar, en La Forestal IV aún no terminan, la Empresa Pública de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) decidió reabrir la circulación vehicular en dos de los tres carriles, que están cerrados desde mayo. Desde mañana, los vehículos circularán sin restricción por la zona.
Según Jaime Rivera, gerente de Obras Públicas, la decisión fue tomada después de conocer el resultado de los estudios que indican que no hay riesgo de deslizamientos. Actualmente, se realizan trabajos de impermeabilización. Indica que se han perforado 18 drenes para liberar la presión del talud, lo cual garantiza que no habrá riesgos para los vehículos que circulen por allí.
El ingeniero civil Oto Maldonado pasa en su auto a diario por el sector. Lo que le llama la atención es que los trabajos no avanzan con la velocidad que deberían.
Para él, la decisión de la Epmmop es apresurada. “Lo que he visto en el talud de La Forestal es que se ha retirado toda la tierra suelta, pero los trabajos importantes, como los de anclaje, aún no se evidencian”, dice Maldonado.
La fase final de estabilización del talud durará 90 días más. Se construirá un muro de hormigón armado, que irá desde la calzada de la Simón Bolívar hacia arriba y medirá entre 10 y 18 m de altura.
Para evitar la erosión del suelo se colocará vegetación en las terrazas. Además, está prevista la construcción de una protección con hormigón lanzado para afianzar y sostener la corona de la montaña. Allí se construirán cunetas de coronación que impedirán el acceso de la humedad o del agua desde el exterior hacia el interior de la pared de la montaña.
Para Santiago Navas, ingeniero civil, la fase de colocación de cunetas de coronación es vital para impedir filtraciones y deben ser hechas con hormigón.
Navas explica que el suelo tiene varios tipos de estratos: grueso, que son las rocas; medios, que son las grabas (rocas más pequeñas); y los finos, que son limos y arcillas. Cuando se lavan los suelos finos se crean agujeros que forman lodo y la probabilidad de derrumbe es alta. Las cunetas de coronación impiden este proceso.
Navas asegura que la probabilidad de que exista un nuevo deslizamiento es casi nula. La razón: después de un derrumbe todo tipo de suelo tiene un talud que por naturaleza se mantiene estable. Explica que también depende del ángulo en el que fue cortado el suelo, de la fuerza de gravedad y de la resistencia.
“Las inesperadas lluvias que caen en la ciudad pueden formar un alud (derrumbe de lodo) sin mayores complicaciones”, dice.
Navas considera que para los trabajos planificados por parte del Municipio se necesitará más de 90 días. Se basa en que la construcción de un muro de hormigón, dependiendo del tipo y longitud, demanda de un tiempo mayor al que está previsto.
“Solo el hormigón necesita de 21 días para que esté fraguado y tenga el 60% de resistencia, se puede colocar algún tipo de acelerante, con la advertencia de que el resultado disminuirá la resistencia final”.