La Policía recomienda llamar a un taxi que tenga servicio de radio. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
En las redes sociales se regaron como pólvora las historias de dos jóvenes que en distintos días, el 7 y el 20 de marzo del 2015, subieron a un taxi por la noche y fueron golpeados brutalmente en el rostro y rociados con gas pimienta antes de ser sometidos a un secuestro exprés en Quito.
El secuestro exprés es una variación del secuestro tradicional (este último requiere un sitio de cautiverio, alimentación para la víctima, una estructura operativa con inteligencia, seguridad, comunicaciones y busca un rescate).
Se trata de un asalto que se caracteriza por ser de corta duración (entre una y cinco horas) y por la participación de tres a cuatro personas. Una de sus modalidades se registra en taxis, con el ataque a pasajeros que son asaltados antes de llegar a sus destinos.
Este Diario recogió el testimonio de Alejandro, un joven de 26 años que fue golpeado por delincuentes durante un secuestro exprés el 7 de marzo último. Esa noche, había comprado cervezas en la Amazonas y Tomás de Berlanga, en el norte de Quito. Desde allí pidió un taxi a través de una aplicación por celular. A pocos minutos vio que llegaron dos taxis, uno totalmente amarillo del que se bajó una pareja y otro amarillo con franjas verdes.
Sin verificar cuál era el taxi que había solicitado, Alejandro subió al vehículo de franjas verdes y, a pocas cuadras, el conductor del automotor frenó y permitió el ingreso de tres hombres. El joven fue golpeado en el rostro (sus ojos quedaron hinchados y su cara con contusiones), antes de que le quitaran el celular y sus tarjetas de crédito y débito. Le robaron USD 500 de sus cuentas y lo abandonaron, herido, en una zona alejada.
A continuación, cinco cosas que debe tomar en cuenta sobre el secuestro exprés.
1. No basta con llamar un taxi por teléfono
La Policía recomienda llamar a un taxi que tenga servicio de radio. Antes de subir al vehículo, verifique el número de placas y el nombre de la cooperativa otorgados por el operador que le atendió. Si es posible, comunique a un familiar (por mensaje de texto) las características del vehículo en el que se encuentra. No suba a vehículos sin placas, sin taxímetro y sin sellos autorizados.
2. No suba a un taxi de adhesivos
Antes de ingresar a un taxi, observe si existen elementos sospechosos. Por ejemplo, fíjese en la pintura. Hay taxis falsos, que lucen de amarillo porque la carrocería está cubierta con adhesivos de ese color. En ese caso, no suba. Asimismo, mire que dentro del taxi están instaladas las cámaras de la Agencia Nacional de Tránsito, son un dispositivo de seguridad.
3. Si ha bebido licor, pida ayuda
No salga de un local de diversión o de la casa donde se encuentra a buscar un taxi en la calle. Solicite a alguien de confianza que lo vaya a recoger y espera hasta que lleguen a buscarlo. Subir a un taxi, en esas condiciones, aún si ha sido buscado por radio, aumenta el grado de vulnerabilidad, porque es posible que en la calle se encuentre con otros vehículos y los aborde por confusión.
4. No porte todos sus documentos y tarjetas
Si es víctima de secuestro exprés, no oponga resistencia. Recuerde, su vida es más importante que cualquier bien material. Antes de salir de casa, prevea un presupuesto mínimo para el día y porte solo una tarjeta para eventualidades de emergencia. No es necesario llevar todas las tarjetas de crédito y débito a la vez en su billetera o cartera. Intente no llamar la atención con sus pertenencias en la calle.
5. Evite desplazarse solo
La mayoría de hechos se registra por la noche y madrugada, cuando la escasa luminosidad impide identificar las características de un taxi. A esas horas, lo recomendable es desplazarse en grupo, por ejemplo de tres amigas o amigos. La cultura de autoprotección es vital. Mire si el conductor se comunica por celular o si tiene una actitud sospechosa o si se desvía de ruta. En ese caso, evalúe –sin exponer su vida- si es posible bajarse del vehículo al llegar a un semáforo.