Concejales piden depurar la Empresa de Agua Potable de Quito

La Empresa de Agua Potable, creada hace 59 años, está en proceso de saneamiento. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

La Empresa de Agua Potable, creada hace 59 años, está en proceso de saneamiento. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

La Empresa de Agua Potable, creada hace 59 años, está en proceso de saneamiento. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Desde ayer, 8 de junio del 2020, Luis Gómez es oficialmente el gerente subrogante de la Empresa Pública de Agua Potable y Saneamiento de Quito (Epmaps).

El Directorio de la empresa lo decidió luego de conocer y aceptar la renuncia del exgerente, Guido A., quien cumple prisión preventiva en medio de investigaciones por la compra de mascarillas y trajes de protección para el personal con supuesto sobreprecio.

En apenas tres días, los allanamientos a domicilios y oficinas de funcionarios de Epmaps, una denuncia por transferencias fraudulentas de las cuentas de la empresa y la detención de sus funcionarios afectaron a la imagen de la empresa con 59 años de historia.

Las transferencias fraudulentas se dirigían a bancos en Estados Unidos y en Hong Kong, por un total de USD 1,3 millones. Verónica Artola, gerenta del Banco Central, señaló que se habían reintegrado a la cuenta USD 671 617 y que, de aquí en adelante, Epmaps y el Municipio informarán sobre lo que ocurra con el resto del dinero faltante.

Según el concejal René Bedón, quien ocasionalmente sustituye al alcalde Jorge Yunda en la presidencia del Directorio de la empresa, en este momento las cuentas de Epmaps en el Banco Central están bloqueadas. Estaba previsto que entre ayer y hoy se ­conozca sobre la situación del dinero restante.

Sin embargo, se espera que la mayor parte del dinero sea recuperada. Ahora falta que la justicia determine responsabilidades en este caso.

Mientras tanto, estas semanas el objetivo es el saneamiento de la empresa, señala el concejal Bernardo Abad, también integrante del Directorio.
Informó que antes de su salida, Guido A. pidió la renuncia a todos los funcionarios de libre remoción y cree que el primer paso debería ser aceptarlas.

Epmaps es la empresa más sólida del Municipio. Según un informe del Observatorio del Gasto Público, en ella trabajan alrededor de 1 822 personas y en el 2019 registró ingresos por USD 177,6 millones mientras que sus egresos fueron de USD 139,7 millones. Es decir, no registra pérdidas.

Leonardo Gómez, coordinador del Observatorio de Gasto Público, afirma que Agua de Quito es la empresa pública más estable del país y es la primera que ha podido acceder a un crédito internacional sin necesidad de una garantía soberana. “Eso significa que ha estado bastante bien y no tiene problemas financieros, por una buena gestión que se ha construido durante años”.

Ayer, 8 de junio, este Diario pidió información sobre la situación financiera a la Epmaps, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.

Bedón indicó que le sugirió al Alcalde armar una terna que incluyera profesionales de carrera de la empresa. Está por decidirse si se hará un concurso independiente para obtener varios nombres, seleccionarlos y presentar los al Directorio.

Para Abad, no solo se debe pensar en funcionarios de carrera sino en otros que en los cambios de gerentes han sido separados de la empresa, pero tienen experiencia en su funcionamiento y conocimiento sobre la provisión de servicios.

Bedón y Abad coinciden en que el golpe de las denuncias de corrupción es serio, pero debido a la solidez de la empresa no significaría una afectación fuerte a sus finanzas ni a la provisión del servicio de agua potable y alcantarillado que debe dar a la ciudad.

Abad agrega que la empresa sigue siendo solvente a pesar de que tiene deudas por cobrar, incluyendo una del Municipio por USD 13 millones.
Durante la emergencia sanitaria por el covid-19, varios abonados tuvieron una justificación para retrasarse en los pagos sin sufrir cortes, pues había restricciones de movilidad y toque de queda.

Sin precisar cuánto se dejó de recaudar hasta mayo, la empresa informó ayer que su principal medio de recaudación son los canales digitales y así se mantendrá, para “precautelar la salud de los ciudadanos y servidores de la empresa”.

Aclaró que mientras la ciudad se mantuvo en semáforo rojo no se dejó de facturar por los servicios. Hasta marzo, las facturas obedecieron a las lecturas tomadas de los medidores y hasta el cambio a amarillo se hizo un estimado, basado en el promedio de los seis últimos consumos de cada cliente.

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