Fueron para alabar a Dios y a cantar con los músicos católicos que el pasado sábado, desde las 16:00, ofrecieron un concierto de adoración y eucaristía denominado ‘Noches de adoración cielo abierto’. La cita fue en el coliseo General Rumiñahui y acudieron cientos de personas.
El programa, organizado por Consejo Ecuatoriano de Laicos Católicos de Quito (Celca-Q), contó con la participación de varios grupos musicales de adoración de México, Ecuador y otros países de América Latina.
José Baquero, católico y miembro del movimiento Luz, Paz y Alegría Cristiana, explicó que el propósito de este programa ha sido promover la unificación de la Iglesia Católica y, además, promover la adoración al Santísimo Sacramento.
Durante el concierto, los asistentes, muchos de ellos integrantes de diferentes movimientos católicos que llegaron de diferentes ciudades del país el fin de semana, gritaban al unísono: ¡Jesucristo, Jesucristo, nuestro Señor!
Para Patricia Pinanjota, quien vive en la parroquia de Tumbaco, asistir a este concierto fue como mantener un encuentro con Dios. “Él es todo para mí y por eso estoy aquí. Esto que uno siente es inexplicable; no se puede describir con palabras”, indicó.
Esta joven, quien no se despegó de su cámara de video durante todas las presentaciones la noche del sábado, registró varias escenas del concierto para verlas -según comentó-, después, “junto a sus padres y otros familiares”.
De ese encuentro católico también participaron el misionero chileno Pedro Vera y el guayaquileño Francisco Azú, quienes entonaron algunas canciones religiosas, como Cristo te ama. “Nosotros llevamos la palabra de Dios a quienes lo necesitan; esto es maravilloso”, indicó Vera.
Además del concierto, durante el encuentro también hubo una misa. En esta ceremonia religiosa participaron activamente cientos de familias creyentes de diferentes regiones del país.