Chilibulo seguirá monitoreado, aseguró el Secretario de Seguridad de Quito

Este sábado 8 de octubre del 2016, el alcalde Mauricio Rodas inauguró la nueva cancha de Chilibulo, en el suroccidente de Quito. Foto: EL COMERCIO

Música choque y luego romántica se escuchó fuerte en la nueva cancha de Chilibulo, en el suroccidente de Quito. ¿La razón? Hoy, sábado 8 de octubre del 2016, se inauguró ese espacio que durante varios meses estuvo intervenido.
Todo comenzó en octubre del 2015, cuando varias casas del sector comenzaron a cuartearse. La voz de alarma la escuchó el Municipio de Quito e inició un trabajo interinstitucional para conocer la situación real.
El alcalde de Quito, Mauricio Rodas, recordó durante la inauguración que en noviembre del 2015 se determinó, tras inspecciones técnicas y estudios geofísicos, que en el sitio (calle Huaca y Pasaje Tarqui) existían cavernas y túneles. Y se activó la ayuda humanitaria para varias familias afectadas.
La solución fue derrocar cuatro casas. Hugo Montaño, encargado de la obra, contó que el trabajo fue delicado, porque se tuvieron que tumbar técnicamente las casas y llegar hasta las galerías, luego rellenarlas con hormigón. Enseguida hicieron unos muros de contención en todo el perímetro del lugar.
Todo ese trabajo duró cuatro meses. Y, según Montaño, se pudieron salvar dos predios más que están alrededor de la cancha. Se lo hizo con perforaciones verticales hasta llegar a las galerías y llenarlas con hormigón.
El Alcalde recordó que en el sitio hubo cavernas arenosas que, con los años, se fueron vaciando y eso afectó severamente el suelo del sector. Se realizaron estudios y "se tomaron las riendas del problema, el mismo que en las anteriores administraciones municipales no fue tomado en cuenta". Antes de la demolición se realizó la expropiación respectiva.
Durante la inauguración, la banda Metroban -de la Policía Municipal- puso a bailar a los vecinos que, a cuenta gotas, comenzaron a llegar a la flamante cancha y participar de la inauguración que comenzó a las 10:45.
Juan Zapata, secretario de Seguridad y Gobernabilidad del DMQ, también estuvo presente y fue uno de los más contentos. Y como no estarlo, dijo, "si antes este lugar (calle Huaca y Pasaje Tarqui) olía a muerte y ahora a vida". Y también mucha esperanza, "Los USD 1 000 050 invertidos aquí no es nada en comparación con la tranquilidad que ahora tienen los vecinos", agregó.
Luis Sangucho, morador del barrio, agregó "un Dios le pague" al Alcalde. Enseguida, una niña del barrio entregó unas canastas llenas de frutas (babaco, huevos, piñas...) a Rodas. La reina Melani Granda, un arreglo floral. Y Pablo Clavijo, presidente de Chilibulo, una placa y puntualizó que "aún tienen obras por hacer en Chiibulo y le agradeció".
Zapata, a su vez, informó que no se cierra el círculo de ayuda en Chilibulo y seguirá monitoreado el barrio porque "este problema (el de las cavernas bajo la tierra) es supergrave. Y siempre de la mano con la comunidad". Ahora sus ojos se posaran en Turubamba, pues allí hay casas que están en riesgo por grandes cuarteaduras.