En la av. Velasco Ibarra, sector de El Trébol, los conductores utilizan el teléfono celular para escribir mensajes. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Las escenas se repiten en las principales calles y avenidas de Quito: hombres y mujeres que hablan por celular, fuman o consumen alimentos mientras conducen sus vehículos. Unos envían mensajes de texto al detenerse en las esquinas o cuando el semáforo está en rojo, otros revisan documentos o sus carteras cuando se encuentran atrapados en medio de los embotellamientos.
También es frecuente encontrar mujeres que se maquillan, esto ocurre sobre todo en horas de la mañana cuando se dirigen a sus sitios de trabajo.
El 18 de septiembre del 2019, la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) anunció que se reforzarán los operativos de control para evitar que los conductores utilicen los celulares mientras manejan o que ocupen sus manos en otras actividades. “Dispusimos a los agentes que detecten a las personas que hablan por celular o tienen el teléfono en la mano y se las sancione”, informó Danny Gaibor, director de la AMT.
Este Diario recorrió diferentes puntos de Quito para observar qué tan recurrente es que los conductores utilicen el teléfono celular mientras manejan. Uno de ellos fue en la avenida Patria y Amazonas. Entre las 10:00 y 12:00 del lunes 23 de septiembre del 2019, al menos 20 personas circularon con los aparatos en sus manos. Unos lo llevaban en la mano izquierda y con la otra sostenían el volante.
A las 12:30, en la intersección con la calle 9 de Octubre, frente a la Unidad de Flagrancias, dos conductores fumaban mientras su brazo izquierdo permanecía fuera del vehículo. Con la mano derecha sostenían el volante y lo soltaban para cambiar las marchas.
En el intercambiador del puente del Guambra una joven chateaba mientras se movilizaba en su auto. Bajaba y subía la cabeza de forma recurrente para observar la pantalla del aparato y no descuidar su ruta.
Lo mismo se observó en la intersección de las avenidas Mariscal Sucre y Mariana de Jesús. Cuando los conductores notaban la presencia de los agentes de tránsito, colocaban sus celulares junto a la palanca de cambios. Otros ubicaban sus equipos sobre el asiento.
Un taxista llevaba su móvil en la mano mientras circulaba en los túneles de San Diego. A pocos metros, el chofer de una camioneta comía mandarinas. Dos cuadras más al sur, un conductor al mando de una buseta escolar hablaba por celular.
Algo similar ocurre en toda la ciudad. Sin embargo, en la av. Velasco Ibarra, a la altura de El Trébol, los usuarios no hablaban por celular. ¿Por qué razón? En la zona había más de cinco agentes que vigilaban y dirigían el tránsito. “Nos ven e inmediatamente guardan los aparatos”, señaló el agente de la AMT, Marco Cruz.
La sanción por usar el teléfono mientras se conduce es el 10% de un Salario Básico Unificado (USD 39,4) y tres puntos menos en la licencia. Llevar celulares en la mano es una contravención de quinta clase que conlleva una multa del 15% de un SBU (USD 59,10) y 4,5 puntos menos en la licencia. Según el director de la AMT, no está permitido sostener el celular porque las manos deben estar siempre en el volante.