El agua que salió por los grifos de las casas de la Ciudadela La Internacional y de San Bartolo estaba turbia. Desde la tarde del domingo hasta el mediodía de ayer, la gente vio agua roja, amarilla y gris, y no pudo consumirla.
En la casa de Olga Yépez contaban con una reserva que habían recogido en un tanque y con eso pasaron la emergencia. Una de sus hijas calentó un poco de esa agua para bañarse. Conforme mejoraba la calidad del líquido, pudieron lavar los platos.
Pero el esposo de Ana Mendoza, quien vive en la calle Pedro Domínguez , no corrió con la misma suerte. El domingo en la noche se metió a la ducha y salió corriendo al ver que en lugar de agua “le cayó lodo”. Fue cerca de las 18:30. “El problema siguió hasta ahora (lunes), ya es mediodía y todavía cae agua sucia”, explicó.
En el departamento de abajo del suyo vive Dolores Armas. La señora contó que su hijo llegó de hacer deporte y cuando quiso bañarse se encontró con el mismo problema. Ayer, el agua continuaba cayendo turbia. Por eso, tanto Mendoza como Armas prefirieron comprar agua purificada para cocinar y para consumir.
Luis Camalla entrega a domicilio botellones y ayer se encontró con varios clientes que compraban su producto en sectores como el redondel de El Calzado. “Una señora me compró y puso todo el botellón de agua en ollas y en tazones”, porque no podían usar el agua potable para cocinar, beber o lavar los platos.
El problema que afectó además a los moradores de la Ferroviaria Baja, la Pío XII, la Atahualpa, Villa Flora y parte del Centro Histórico, se dio porque una tubería que lleva el líquido desde la planta de Puengasí hasta los tanques que abastecen al sur se rompió.
Wilson Oña, subgerente de Agua Potable de la gerencia de operaciones de la Epmaap, informó que el daño se registró el domingo a las 09:00 y las válvulas se cerraron hasta las 15:00. Según el funcionario, el agua llegó turbia porque hubo un aumento de velocidad al llenar las tuberías para reanudar el servicio.
“Esto causó un desprendimiento del material que está incrustado en la tuberías, por el paso del tiempo”, dijo Oña. Explicó que en el turno nocturno, el personal fogueó los hidrantes del sector. El proceso sirvió también para lavar los tubos de conducción.
Estaba previsto que ayer, de 13:00 a 17:00, se reparara el daño. Si todo iba según lo planeado, no era necesario que hubiera un nuevo corte de servicio, porque los tanques quedaron llenos.
Oña explicó que el agua seguía cayendo turbia en las casas porque lo que aún quedaba en la tubería tenía los restos que se desprendieron por la velocidad con que se despachó el líquido, para reabastecer a los usuarios. Después de que corriera un poco, todo volvería a la normalidad.
Por ello, la principal recomendación para los usuarios era que si el agua sigue cayendo turbia, tengan abierto por un buen tiempo el grifo. Esta recomendación se desconocía ayer en el sur.