En Nanegalito, el viernes se hizo la entrega de obras realizadas con presupuestos participativos, entre ellas, canchas. Foto: Cortesía Municipio de Quito
La emergencia sanitaria tuvo un impacto en la gestión de las nueve administraciones zonales de Quito, que se encargan principalmente de hacer obras en los barrios de la urbe.
No se trata de proyectos que benefician a toda la ciudad, como un intercambiador o el Metro, sino de trabajos como la habilitación de parques, casas comunales, adoquinados, bordillos, entre otros.
Cada año, el Municipio asigna un rubro a las zonales. Este 2020 ese presupuesto, sin tomar en cuenta el gasto corriente (sueldos del personal), fue de alrededor de USD 40 millones; se incluyen gastos de inversión, es decir, ejecución de obra pública y proyectos.
De ese monto, la mayor parte va destinada a los presupuestos participativos. Este año se tenía previsto invertir aproximadamente USD 36 millones bajo esa modalidad, en la que son los mismos vecinos quieres priorizan sus necesidades y se ponen de acuerdo para desarrollar un proyecto.
No obstante, el confinamiento provocado por el covid-19 ha generado demoras en la ejecución de las obras.
Patricio Ubidia, secretario general de Coordinación Territorial y Participación Ciudadana, señala que desde que se inició la pandemia, las zonales se enfocaron en coordinar y ayudar en la entrega de kits y raciones de alimentos a la población más vulnerable.
Ana Cristina Romero es una de las nueve administradoras que fueron designadas bajo concurso el año pasado. Lidera la administración Eugenio Espejo y explica que se han entregado más de 14 900 kits en las 18 parroquias que pertenecen a su zona. Además, han brindado atención a emergencias, han hecho recorridos de concienciación ciudadana sobre el uso de la mascarilla, distanciamiento y lavado de manos; y trámites de habilitación de suelo y construcción, entre otros.
Allí, la mayor parte del presupuesto va encaminada a la realización de obra vial, infraestructura comunitaria y obra civil. Hay varios proyectos -dice- que están listos para ser entregados y que corresponden al presupuesto del año pasado.
Justamente ese es uno de los problemas que el Concejo Metropolitano detectó. La ejecución de los presupuestos del 2019 fue baja y gran parte de las obras que debieron concluir ese año aún no ha sido entregada.
La administración del alcalde Jorge Yunda recibió la gestión en mayo con un avance del 9,33% de ejecución en las zonales. El año 2019 terminó con el 69,71% del presupuesto devengado. El rubro por ‘arrastres y obras no ejecutadas’ alcanzó los USD 8,8 millones, lo que corresponde a un total de 65 obras que no alcanzaron a ejecutarse el año pasado.
Las dos administraciones donde más obras quedaron pendientes son Calderón, con 31, y Quitumbe, con 21.
La concejala Analía Ledesma considera que los presupuestos participativos están mal gestionados debido a que hay administraciones que no lograron ejecutar ni el 50% de su presupuesto. Hace un pedido a la Alcaldía para que presente cuál ha sido su ejecución el primer semestre de este año.
Ubidia indica que el retraso se debe en parte a las complicaciones que genera el cambio de administración. Sin embargo, añade que las obras arrastradas tienen un gran avance y ya se están entregando, y que para poder cumplir con las obras de este 2020 ha dado la disposición de que se trabajen las horas y los días que sean necesarios. Su meta es lograr el 90% de ejecución.
Asegura que su equipo trabajará 24/7, en las noches y sin descanso, para suplir los meses que se vieron afectados debido a la emergencia. No obstante, explica que el personal aprovechó este tiempo para llevar a cabo las fases de estudios técnicos y los pliegos, y que en el momento están por hacer los contratos de obras.
Para el vicealcalde Santiago Guarderas, el desempeño de las administraciones zonales ha sido clave durante la emergencia, no solo por la entrega de kits sino porque han atendido pedidos de fumigaciones y otras obras de emergencia.
Admite que el cumplimiento del año pasado fue bajo, pero ahora que la ciudad empieza a reactivarse, su gestión debe ser exitosa.
Según el edil Fernando Morales, quien lideró el pedido que el Concejo hizo a las administraciones para que explicasen por qué fue tan baja la ejecución en el 2019, uno de los puntos más sensibles es que el año pasado USD 8,5 millones se entregaron en contratos bajo régimen especial, probablemente por la premura del tiempo, cuando pudieron hacerlo bajo una licitación normal.
En eso coincide el concejal Omar Cevallos. Pide al Alcalde evaluar cada una de las administradoras, ver su funcionamiento y con base en eso ratificarlas. Para él, es clave que los funcionarios transparenten los procesos y se logre verificar la programación anual para dar prioridad a planes de salud, educación y ayuda social.
Leonardo Gómez, coordinador del Observatorio de Gasto Público, considera que en este momento los recursos deben enfocarse en las necesidades primarias. Los ingresos van a cambiar por lo que es necesario revaluar cuánto se va a recaudar y qué se va a hacer. Las zonales van a sentir un impacto y se va a tener que priorizar.
Cree que es absurdo que se invierta en calles, canchas, pelotas. “No hay que olvidar que podemos volver al confinamiento y no podemos bajar la guardia en la contratación pública. No podemos permitirnos comenzar a hacer gastos no prioritarios”.