Para tomar un bus, los moradores de los barrios de La Josefina y Corazón de Jesús, en Carcelén Bajo, tienen dos opciones: pagar un taxi ejecutivo o caminar hasta la av. Diego Vásquez de Cepeda. En ese sector, el servicio de transporte público ha sido irregular en los últimos siete años. Entre La Ofelia y Carcelén Bajo hay 12 paradas del Corredor Central Norte, que están subutilizadas.
Ayer, Galo Vasco se bajó del bus en la esquina de las avs. Diego Vásquez y Jaime Roldós. En esa esquina está una estructura de vidrio y metal que alguna vez funcionó como parada de los articulados del Corredor Central Norte. Actualmente, el andén está inhabilitado y custodiado por un guardia de seguridad. Alrededor hay grafitis de varios colores. Desde esa esquina, Vasco tiene que caminar unos 10 minutos hasta su casa en Carcelén Bajo.
Alberto Enríquez, vecino del sector, recuerda que el servicio de transporte del Corredor Central Norte funcionó por algo más de un mes, desde la estación de La Ofelia hasta Carcelén. “Eso fue cuando recién inauguraron, hace unos siete años”. No entiende por qué se retiró el servicio.
Héctor Guevara, presidente del Corredor Central Norte, explicó que cuando funcionó el servicio extendido, la demanda de pasajeros era de 2 000 usuarios diarios. “La baja demanda y los costos de operación no justificaban la movilización de las unidades hasta ese sector”.
Carlos Páez, secretario de Movilidad, acotó que esas paradas se construyeron sin una adecuada planificación técnica. “Técnicamente, los articulados no están en condiciones de ingresar a un barrio de esas características. El sistema troncalizado está diseñado para circular por grandes ejes viales”. Anunció que las 12 paradas serán derrocadas. En su lugar, propuso la cobertura del servicio con buses alimentadores.
Para los vecinos del sector, las estructuras no solo perturban el entorno urbano, por su estética poco atractiva, sino que se convirtieron en un foco de inseguridad. Según Enríquez, los callejones que se forman entre la parada y los cerramientos, a veces, son aprovechados por los delincuentes para acorralar a sus víctimas. “Después de las 20:00 es peligroso caminar por las paradas”.
La falta de buses promovió la aparición del transporte irregular. Hay taxis ejecutivos que cobran USD 0,25 desde La Josefina y Corazón de Jesús hasta la Diego Vásquez. Darío Ruiz, morador de Corazón de Jesús, aseguró que la existencia de taxirrutas es una evidencia de la demanda de pasajeros que hay en el sector.
“Cada mañana toca esperar hasta 30 minutos para tomar un bus. Los que vienen de Calderón y Carapungo pasan muy llenos”. Otra de las irregularidades es el horario de servicio. “A veces los alimentadores del Metrobús funcionan hasta las 22:00 y los buses de la Catar pasan hasta las 20:00”.
El contrato de concesión para la operación del Corredor Central Norte, en manos de cinco operadoras privadas hasta el 2017, está en renegociación. Páez explicó que el objetivo es lograr una integración física, técnica y operativa entre todos los sistemas integrados de transporte.
La infraestructura
El circuito Marín-Ofelia tiene 37 paradas. 26 paradas, entre La Delicia y San Gabriel fueron reconstruidas por el Cabildo.
La Secretaría de Movilidad anunció que habrá una modificación estructural en la estación Seminario Mayor para integrar físicamente al Corredor Central Norte con el Sur Occidental.
Ocho andenes, entre el Seminario Mayor y La Marín no fueron intervenidos.