La Whymper es una vía donde hay afluencia de capitalinos y extranjeros. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
Dos cuadras son suficientes, un ambiente elegante pero acogedor y amigable. La calle Whymper, en el norte de la urbe, es uno de los espacios gastronómicos para los capitalinos y turistas.
La sazón de al menos cuatro países, en ocho restaurantes, se concentra en ese espacio, donde la estrechez de la vía no impide la concurrencia diaria de los clientes. Se puede encontrar platillos desde USD 7, comida italiana, francesa, china, mexicana…
No hace falta un atuendo de gala para ingresar a restaurantes como Chez Jerôme, un sitio donde además de la técnica del chef Jerôme Monteillet, se combinan las recetas de la comida francesa con los ingredientes ecuatorianos: sal prieta, cacao, higos, etc.
Al lugar llegan ejecutivos, personas de la Costa y, en ocasiones, jóvenes que fueron a estudiar al país europeo y volvieron a la ciudad. Una caminería a través de un amplio jardín da la bienvenida, es uno de los 2 016 restaurantes registrados en el Distrito, según datos de la Empresa Quito Turismo.
Claro que Chez Jerôme entraría en la categoría de ‘primera’, integrada por 216 establecimientos. En este restaurante, los precios van desde USD 15 hasta USD 45 y la carta no es muy usada, pues cada día hay una novedad. El local abrió hace ocho años.
En la misma calle, lo que empezó como un negocio de ‘amigos para amigos’, ahora es uno de los sitios concurridos por empresarios, estudiantes y funcionarios públicos.
Brasa Viva arrancó como un local de comida rápida, cuenta Cristian Morales, el principal accionista. Ahora la especialidad son las carnes a la parrilla y las alitas. Ofrecen entre 45 y 50 platillos, desde USD 7 hasta 25.
Brasa Viva es un restaurante que ofrece unos 50 platillos, en tres ambientes. Hay música en vivo. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
El negocio, con altibajos y pese a los precios de los alquileres en el sector (entre USD 3 000 y 5 000), dice Morales, se ha mantenido durante 5 años. Aunque, comenta sonriente, el sector tiene la fama de que los locales cierran. Actualmente, trabajan allí 11 personas.
Aunque es un lugar con mantelería y con toques elegantes, la gente puede salir del gimnasio y venir en calentador. No hay restricciones, comenta el chef de 29 años. Los jueves y viernes hay música en vivo y también se pueden celebrar cumpleaños u otras fechas.
En este sector, al mediodía y en las noches son los horarios de mayor afluencia de gente y, por ende, de vehículos.
En la noches, como la de este miércoles, se estacionan los carros fuera de los establecimientos, en la vía, pese a que algunos de ellos, como Chez Jerôme, tienen parqueaderos. Hay vigilancia privada. Sin embargo, no se registra congestión.
De acuerdo con datos de la Secretaría Metropolitana de Movilidad, se están realizando estudios del flujo vehicular en varias vías, incluida la Whymper. El dato más cercano con el que cuentan, por el momento, es que por la avenida Coruña, que cruza a la calle de los restaurantes, en ambos sentidos, circulan alrededor de 44 000 automotores diarios. Ese flujo disminuye el domingo.
Para la mayoría de restaurantes los días de gran concurrencia son los jueves, viernes y sábado. Ese es el caso de Habaneros Mexican Grill, una hueca con glamour, donde los platillos son preparados por mexicanos y los clientes pueden hacer pedidos fuera de la carta. Este local es uno de los recién llegados en el barrio.
Habanero Mexican Grill es una alternativa para quienes prefieren la comida mexicana. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
Como cuenta Fabián Donado, el coordinador del restaurante, abrieron el local en febrero de este año, con una capacidad para 300 personas.
Los principales clientes son los mexicanos residentes en la capital, aunque su clientela se ha ampliado a parejas capitalinas (de más de 24 años), grupos de trabajadores, entre otros.
Se incluyen recetas con mariscos y también hay opciones para los vegetarianos y la botanas son gratis.
Estos establecimientos, al igual que Gran Shangai, Café del Libre, Sugo Grill, La Colina Chef (bufetes), El Deck y Sole a Luna, han ido consolidando al sector como un destino gastronómico. Hay otros sectores que dieron la pauta para el despunte de los locales de comida. Primero fue La Mariscal, le siguió la González Suárez y se ha sumado la Whymper.
Otro punto de llegada para los amantes de las diferentes recetas es la Madrid. Una de las especialidades es el sushi. En La Mariscal, por ejemplo, hay 3 400 locales comerciales.
En la zona norte de la ciudad hay 1 311 restaurantes, en las administraciones zonales Calderón, Eugenio Espejo y La Delicia.