Hasta el momento, en el CAT se han recibido solo pacientes con sintomatología leve. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Un equipo de 21 profesionales de la salud llegó este martes 30 de junio del 2020 desde Guayaquil, para apoyar en la atención a pacientes con covid-19, en el Centro de Atención Temporal (CAT) Quito Solidario.
Entre ellos hay médicos generales y especialistas en medicina interna y emergencias, enfermeras y auxiliares.
Al mediodía, este grupo llegó hasta el hospital temporal, ubicado en el Centro de Convenciones Metropolitano, junto al parque Bicentenario, para entregar las donaciones del Municipio de Guayaquil. Entre ellas están trajes de bioseguridad que usarán en su trabajo diario, 104 736 medicamentos en tabletas y 2 000 pruebas rápidas. El Municipio porteño también costeará la estancia del equipo por 15 días, en un hotel de la capital.
Según el emergenciólogo Paúl Carrasco, director del CAT, se trata de “personal ya entrenado y capacitado, porque afrontó la peor parte de la crisis en Guayaquil”.
Sin embargo, se requiere que pasen por una inducción para que conozcan el centro y los protocolos de bioseguridad. Además, se les indicará los medicamentos que se están usando en ese lugar ahora, puesto que en Guayaquil se prescribieron otros en marzo y abril que actualmente ya no se aconsejan.
Hasta ayer por la mañana, el CAT, que tiene 370 camas, 100 de ellas habilitadas, tenía 88 pacientes internados. Carrasco informó que se han registrado unas 200 altas desde la apertura del centro, hace un mes. Está previsto que la próxima semana la capacidad de atención suba a 120.
En el lugar trabajan por turnos unos 200 profesionales, entre médicos, tecnólogos y enfermeras. Al inicio se atendían solo pacientes con síntomas leves, dijo Carrasco, y estaban a cargo del personal del centro médico municipal del sur de Quito. Parte de ese equipo volverá a su sitio original de trabajo, pues ahora se están incorporando al CAT emergenciólogos, posgradistas y el personal de apoyo que llegó de Guayaquil.
Ellos, explicó Carrasco, saben del trato adecuado para pacientes con covid-19. Según su criterio, ha sido una ventaja que en Quito las universidades Central y Católica tengan posgrados de Emergenciología, porque se cuenta con sus estudiantes para reforzar la lucha en contra del covid-19.
Ahora se está adecuando en el CAT un área para cuidados intermedios, por lo que el centro ya podrá recibir pacientes derivados de las emergencias de hospitales de la red pública de salud. Hasta ahora solo se recibían aquellos con covid-19 confirmado por prueba PCR. Con los refuerzos, se recibirá a pacientes con síntomas más fuertes y que aún no estén diagnosticados. Así se aliviarán las salas de emergencia y las carpas exteriores que se han armado en hospitales públicos y del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, en Quito.
El CAT recibió también una donación de duchas para los pacientes y seis tabletas y cuatro laptops, entregados por la Cruz Roja Internacional, para facilitar la comunicación de los pacientes con sus familiares y tener soporte psicoemocional. Es decir que también se usarán para que los enfermos conversen con psicólogos sobre cómo se sienten y cuál es su situación de salud.
Con esos equipos se podrán realizar llamadas a telefonía móvil y fija, acceso a redes sociales y a encuentros virtuales.
Carrasco señala que la experiencia de enfrentar una pandemia ha dejado lecciones porque en muchos lugares del mundo se han tenido que tomar medidas extremas y ahora se entiende que hace falta ampliar la formación en Neumología, Terapia Intensiva y Emergencia, por ejemplo. En Ecuador, explica, no hay la cantidad suficiente de ese tipo de especialistas usualmente y ahora, en medio del embate del nuevo coronavirus, esa ausencia se ha sentido con más fuerza.
Hasta el momento, en el CAT se han recibido solo pacientes con sintomatología leve y en el caso de descompensaciones, se ha acudido a hospitales de la red pública y de seguridad social, especialmente. Por ello no se han registrado fallecimientos en ese lugar. Pero con la adecuación de un área de cuidados intermedios, explica Carrasco, el riesgo de que algo así ocurra, podría aumentar.