Redacción Ibarra
Lunes 05:00. En la comuna Loma Gorda, límite entre Imbabura y Pichincha, Miguel Castro y un grupo de vecinos trataron de bloquear la vía El Cajas-Tabacundo.
Seis busetas escolares, que transportaban a cientos de trabajadores de las floricultoras de Tabacundo, quedaron atrapadas.
Molestos por el frío intenso de la Serranía, caminaron 1 kilómetro para hacer transbordo. Algunos conductores atravesaron las llamas a toda prisa. Castro y sus compañeros protestaban desaprobando la audacia de los desesperados transportistas.
A las 06:10, 20 policías antimotines, armados con gases lacrimógenos, escudos y protectores de piernas, llegaron a Loma Gorda. Los manifestantes se dispersaron en silencio. Los uniformados apagaron el fuego y permitieron avanzar a los buses y vehículos. Después de una hora y se marcharon hacia otro sitio de conflicto.
Las movilizaciones indígenas empezaron la noche del domingo pasado, sin contar con el apoyo que pregonaron. Por lo menos, eso se notó en la Sierra norte.
Alrededor de las 22:00, pequeños grupos de manifestantes trataron de bloquear la Panamericana, en el sector de González Suárez (lago San Pablo), y en El Cajas, pero la Policía lo impidió. Aunque no se reportaron heridos ni apresamientos, la Conaie denunció la detención de dos dirigentes.
Con el avance del día, las primeras horas de las movilizaciones no lograron suspender la conexión terrestre entre Imbabura y Pichincha. Excepto en el tramo El Cajas-Ayora, sector de San Isidro.
Allí, más de 70 personas (la mayoría eran mujeres y niños) cortaron árboles de pino y los atravesaron en la vía. Sin embargo, estas acciones fueron marginales.