Decenas de miles de personas volvieron a protestar en Brasil contra el Gobierno de Michel Temer. Foto: AFP
Decenas de miles de personas volvieron a protestar hoy en Brasil contra el Gobierno de Michel Temer, a menos de dos semanas de que el político conservador asumiera la presidencia. Según los organizadores, unos 60 000 manifestantes salieron a las calles de Sao Paulo para exigir con gritos de “Fora Temer” (“Fuera Temer”) la salida del mandatario y la celebración de nuevas elecciones.
Tres personas fueron detenidas en incidentes durante la marcha, informó la Policía Militar. Según medios brasileños, los agentes usaron gases lacrimógenos en los actos convocados por organizaciones sociales de izquierda en Sao Paulo.
La metrópoli financiera brasileña se ha convertido desde hace días en el epicentro de las protestas contra Temer, que asumió el 31 de agosto la presidencia tras la destitución de Dilma Rousseff. En el acto participaron políticos del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, entre ellos el actual alcalde de Sao Paulo y candidato a la reelección en octubre, Fernando Haddad.
Las protestas de los últimos días han empañado el arranque oficial de la gestión de Temer, que estará en el poder durante casi dos años y medio hasta las elecciones de finales de 2018. El ex vicepresidente de Rousseff, miembro del conservador Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), es altamente impopular en las calles.
Los simpatizantes de la ex presidenta acusan a Temer de haber apoyado un “golpe de Estado” contra su antigua aliada política. Temer abandonó en marzo la coalición de Gobierno de Rousseff para apoyar el controvertido juicio político (“impeachment”) contra ella y asumió en mayo la jefatura de Estado, inicialmente de forma interina tras la suspensión temporal de Rousseff.
La primera presidenta mujer de Brasil fue destituida por acusaciones de que su Gobierno ocultó el verdadero déficit estatal y aprobó líneas de crédito sin la autorización del Parlamento. Los simpatizantes de Rousseff acusan a Temer y sus aliados de usar esas irregularidades como excusa para poner fin de forma ilegítima al mandato para el que ella había sido reelecta en 2014.