Gabriel Toala
Me parece absurdo que el alcalde Nebot se crea el dueño y señor de Guayaquil haciendo tanta propaganda barata, con la plata de todos los guayaquileños, incentivándolos a una manifestación netamente política y a beneficio de él, con esta marcha dirá, los guayaquileños me apoyan. Ya pare, señor Alcalde, es hora de que se ponga a trabajar y atienda las necesidades de los barrios humildes y olvidados de todos los rincones de Guayaquil, que las asignaciones que hace el Presidente para cada ciudad es para obras de todos y cada uno de sus habitantes. Hasta la victoria siempre.
El Aeropuerto y las tasas
Julio César Palacio
Comparto con el editorial de EL COMERCIO del 9 de febrero, en el cual señala que “es justo reconocer el esfuerzo para cambiar los términos de la negociación, pero es importante aspirar a que la continuación de la obra se concrete en un marco de absoluta transparencia”; cabe señalar que el pago de las tasas son una contraprestación económica que se exige a los usuarios por el uso que se hace de un servicio publico, repartiéndolo entre los beneficiarios del mismo.
La infraestructura del aeropuerto requiere de obras adicionales para poder acceder con facilidad y comodidad, lo cual hasta hoy no se ha iniciado, siendo necesario que se comience lo más pronto posible, empezando a construir el segundo túnel Guayasamín con las tasas que actualmente se reciben por su uso, esto evitará los forzados contraflujos que se dan en las horas pico y dará mayor fluidez a todo el trayecto hasta el aeropuerto.
En el valle de Los Chillos la autopista Rumiñahui también genera suficientes fondos para que se construya un ramal de iguales características que conectaría los dos valles, el de Tumbaco con el de Los Chillos, añadiendo obras suplementarias como un puente adicional en San Rafael hacia la Autopista, esto evitaría el contraflujo que también se genera en esta área y facilitaría el acceso de Conocoto, San Rafael, Sangolquí y barrios periféricos al terminal aéreo con comodidad.
Las tasas de los servicios por ley deben ser retribuidas en el uso específico para las finalidades que fueron creadas, por lo tanto no deben servir para gastos corrientes del Gobierno Provincial o Municipal.
Para ripley
José Pérez S.
Una de mis hijas fue asaltada el sábado 30 de enero, en uno de los centros comerciales de esta ciudad, por un individuo que la amenazó con un cuchillo, obligándole a entregar bienes
y adornos de algún valor, pero de mayor valor sentimental.
La agresión ocurrió a las 13:30, hora de gran afluencia de público, mientras estacionaba su vehículo, ante la presencia e impavidez de quienes presenciaron el hecho.
Este asalto es el séptimo que mi hija ha sido objeto en los últimos 12 meses: dos de personas armadas en el edificio en el que ella tiene su consultorio profesional, dos al edificio en donde habita, uno al parar un semáforo en la av. González Suárez y otro a un conocido restaurante de esa avenida donde ella cenaba con sus amigas. En todos los casos los delincuentes usaron armas blancas o de fuego.
Relato este hecho para que se publique ya que es casi increíble que una misma persona haya sido agredida tantas veces, en apenas un año en nuestra franciscana ciudad.
No es mi intención acusar a nadie por la inseguridad que reina en esta urbe, sino incentivar, a través del relato de estos hechos, a quienes corresponda, para que tomen acciones firmes e inmediatas para erradicar esta plaga que agobia a la ciudadanía.
Incondicionalidad de Albert Camus
Rocío Madriñán
A los 50 años de su muerte, la figura extraordinaria de Albert Camus se proyecta sobre el siglo XXI con una actualidad impresionante. Filósofo, periodista, novelista, autor y director de teatro, fue una de las mentes más brillantes y una de las conciencias morales más destacadas del siglo XX.
De origen sumamente humilde, su padre, francés -a quien nunca conoció pues murió a los pocos meses del nacimiento de su hijo-, era peón de campo, y su madre, española, sorda y analfabeta, era empleada doméstica en Argel, donde nació y creció este gran genio.
Su obra, prolífica, profunda y honesta, pese a su temprana muerte (46 años de edad), es la prueba histórica de su integridad, de su completa incondicionalidad nada más que a sus principios. Un intelectual que jamás renegó de sus orígenes, defensor incansable de las libertades y combatiente firme en contra del colonialismo, los totalitarismos, el fascismo, las injusticias, las violaciones a los derechos humanos, las dictaduras, todas las dictaduras, independientemente de su color o su estandarte. Como periodista propuso la fórmula del “periodismo crítico”, afirmó que “el periodista crítico es un historiador cotidiano cuya primera preocupación debe ser la verdad”. Un humanista que se atrevió a decir no, que fue capaz de resistir a la atmósfera de la época. Militante antiestalinista, se opuso simultáneamente al cristianismo, al marxismo y al existencialismo y condenó severamente el terrorismo.
No dejó de luchar contra todas las ideologías y las abstracciones que alejan al hombre de lo humano, fue uno de aquellos que pensó y demostró que un intelectual tiene no solo el derecho sino el deber de participar en los combates que impone su época.
Un hombre que tuvo un respeto sagrado por la vida, rechazando radicalmente todo fin que justifique medios delictivos, que autorice a sus defensores a convertirse a su vez en verdugos. ¡Cuánta falta hace que aquí, como en muchos lugares del mundo, se reconozca la conciencia de Camus y se siga el ejemplo de su valor e integridad!
Pura bronca
Paulina Burneo M.
Qué tristeza me provoca oír y saber que nuestro Presidente dedica tanto tiempo y dinero a la bronca malsana y a decir verdades a medias y generar rencores que enferman el alma y engañan al pueblo abusando de aquellos que todo lo creen por falta de conocimiento.
Señor Presidente, ¿no sería más saludable que todo ese dinero gastado en silenciar al que protesta lo invierta en programas educativos, por ejemplo de educación vial para los quiteños para lograr una mejor convivencia y bajar la violencia de los conductores?
¿Por qué no hace campañas como sus propagandas políticas para prevenir el dengue y evitar más dolencias al pueblo más necesitado.
No nos cuente que usted es el que más dinero ha invertido en salud, educación porque la suerte lo acompaña y ha sido el Presidente con más dólares en el arca. Ya basta de tanto engaño. Queremos crecer y no caminar para atrás.
Su campaña, propagandas y mensajes ya están ‘berreados’, como dicen los chicos cuando escuchan la misma canción muchas veces.
De narcos y mafiosos
Martha E. Viteri P.
En relación a dos cartas publicadas por EL COMERCIO el domingo 7 de febrero, que hacen referencia a la promoción del narcotráfico y mafiosos en series de Teleamazonas, en uso de la libertad de expresión presento un criterio contrario.
El mundo desalmado de la droga es lo que muestran estas series, y es necesario conocerlo y tomarlo muy en serio, pues en nuestro país no llegamos a vivir los horrores de ese terrible mal y por eso no tomamos con seriedad su alta peligrosidad. Una muestra es la lucha por minimizar el “mal menor” de las mulas, aduciendo que el castigo es desproporcionado.
Las mulas mueren por la explosión de droga en sus cuerpos, ¿también esto es desproporcionado?
Así, en Ecuador ser mula es un estigma más legal que delictivo porque no hay conciencia de que todo lo narco es mortífero de principio a fin, y las leyes deberían endurecerse y todos deberíamos aprender que a mayor peligro, mayor rigor. Temamos a la droga y su mundo, y no a la justicia.
¿Por qué no se protestó cuando se dio amnistía a las mulas o cuando se quitó el visado para ingreso de extranjeros al país? Eso es lo verdaderamente peligroso, lo que da chance a la mayor incidencia del narcotráfico, lo que colombianiza y mexicaniza al país.
Querer evitar estas series es como pedir a los medios que no publiquen sobre la corrupción en la Fiscalía para que nuestros guaguas no aprendan las nuevas formas de viveza criolla.
No temamos a ningún tipo de información, usémosla de manera inteligente y madura como escuela de prevención. En nada contribuye a la limpieza el esconder la basura debajo de la alfombra.
EL BIBLIOTECARIO CÉSAR CHÁVEZ
Édgar Freire Rubio
Es reconfortante leer en la prensa, algo que salga fuera de lo común. Los medios de comunicación, nos atosigan con insistencia en las desgracias; en el parloteo intrascendente de nuestros mandatarios y políticos. Vivimos ahogados en la mediocridad de las famosas “cadenas nacionales”, que no son más que ensalzamientos de egos y mentiras.
Qué bien merecido que se dedique casi una página a un personaje como al bibliotecario César Chávez. Joven abogado que optó por lo benedictino de una profesión; con un salario que él lo hace digno. Pero más que todo, ese amor profundo al libro y a la lectura.
Todo lo que se ha mencionado es cierto. Esencialmente su humildad y generosidad. Sus amigos acudimos a él a despejar dudas y a la valoración de un escritor desconocido. Hay otros bibliotecarios que conozco y de la misma calidad humana. Pero para “muestra un botón”. ¡Un acierto de Edwin Alcarás!