Uno de los detenidos, durante una persecución policial por supuesto robo de mochilas, recibió orden de prisión preventiva por portar armas. Foto: Armando Lara/ EL COMERCIO
Al hombre que fue detenido durante una persecución policial por ser sospechoso de participar en asaltos a mano armada, en el sur de Quito, se le dictó prisión preventiva.
La audiencia en su contra se desarrolló a partir de las 19:30 de ayer, sábado 22 de octubre. Primero tuvo la palabra la Fiscalía, que explicó que el delito flagrante por el que se procesaba al detenido era porte de armas.
El parte policial indicaba que los uniformados que lo persiguieron vieron que sacó un objeto y lo lanzó al interior de un local comercial de llantas. Después de la detención, los agentes acudieron al lugar y constataron que se trataba de un arma de fuego de fabricación artesanal.
Durante la detención, lo encontraron con dos mochilas, al parecer robadas, y que fueron presentadas también como evidencia de ese delito.
La Fiscalía pidió la prisión preventiva para el hombre de 30 años, identificado como Xavier C., y solicitó se le realice un juicio dentro de la modalidad de “procedimiento directo”, lo que implica que el juzgamiento se realice en 10 días. Acotó que el detenido ya tenía antecedentes penales por robo, falsedad de identificación, tentativa de asesinato/homicidio, entre otros.
La defensa solicitó medidas cautelares señalando que el arma no se encontró en las manos del sospechoso.
La jueza a cargo, dictaminó, por los antecedentes, las pruebas de la audiencia y por la falta de documentos de arraigo que garanticen la comparecencia al juicio, prisión preventiva para el acusado.
Antes, en otra audiencia, ya había quedado libre el policía que disparó y mató a uno de los tres sospechosos que intentaban escapar, en dos motocicletas, de la persecución policial.
El ahora occiso, había usado su moto para arrollar a los dos agentes policiales que les pidieron que se detuviera. A uno le causó una fractura en la pierna. El otro, entonces, sacó su arma y disparó. El conductor de la moto cayó al suelo con una herida a la altura del cuello y murió.
Durante esa audiencia se presentaron denuncias de supuestas víctimas de los robos, además se relataron los hechos y, debido a las circunstancias en las que el gendarme hizo uso de su arma, la jueza de turno ordenó libertad para el policía.