Los ecuatorianos se aprestan a vivir un invierno que, según expertos, en la Sierra será más copioso que en años anteriores y en la Costa podría tener mucha fuerza, si se cumple la previsión de que para fines de este año llegará un inusual fenómeno de El Niño.
En Quito ha sido reiterativo el problema de los derrumbes, inundaciones y deslaves, en especial en los sectores más pobres, donde hasta ahora es incontenible la aparición de barrios clandestinos e invasiones, sin que las anteriores administraciones del Cabildo capitalino hayan podido controlar u organizar este crecimiento urbano forzado por la migración interna y la pobreza.
La nueva administración municipal anunció en estos días un plan de emergencia para los barrios. Según los funcionarios del gobierno local, técnicos de control y seguridad realizan recorridos en los sectores de mayor vulnerabilidad, entre ellos: La Libertad, San Roque, La Cantera, La Colmena, San Francisco de Guápulo, La Vicentina Baja, El Guabo y Línea Férrea.
El proyecto plantea realizar un acercamiento con la comunidad, con el fin de crear conciencia ciudadana. Para que los trabajos no se realicen sin asesoramiento técnico.
Mientras tanto, en los sectores rurales de la Costa hay inquietud acerca del posible impacto de un fenómeno de El Niño que, al parecer, podría tener un parecido efecto destructivo al que mostró hace una década.
El Gobierno ha realizado más de 200 trabajos de prevención y es de esperar que su planificación y ejecución hayan sido eficientes, lo cual se comprobará cuando lleguen las lluvias. Pero aún quedan otras zonas donde se debe actuar, por ejemplo en Babahoyo, lugar en el que cientos de familias se quejan de que no se les ha tomado en cuenta para los rellenos sanitarios, pese a las promesas electorales.