Rafael Correa durante un conversatorio con la prensa. Foto: EFE / José Jácome.
Redacción Política (I)
El presidente Rafael Correa parte hoy, 8 de diciembre, hacia la XXIV Cumbre Iberoamericana que se inaugura hoy en México. La cumbre tiene como lema ‘La Educación, Innovación y Cultura’. El contexto en que se llevará a cabo es complejo por la crisis mexicana por la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa.
Enrique Peña Nieto, presidente anfitrión, defiende la realización de esta cumbre y que se publica en varios diarios, entre ellos EL COMERCIO: “A 23 años de su creación, la Cumbre Iberoamericana sigue vigente y los propósitos compartidos que llevaron a su creación persisten”.
Sus palabras tienen que ver sobre las pocas expectativas que existen en torno a estas cumbres y la necesidad de repotenciarlo. En Cádiz 2012 se acordó salvar al foro de la poca repercusión que ha tenido desde que se iniciaron estos encuentros en 1992, a propósito del V Centenario del desembarco de Cristóbal Colón en América.
Por el momento, dos presidentes de la región han confirmado que no asistirán: Dilma Rousseff, de Brasil, Cristina Fernández, de Argentina. Y es muy posible que no lo hagan Nicolás Maduro (Venezuela), Evo Morales (Bolivia) y Daniel Ortega (Nicaragua).
De hecho, según reseña la agencia de noticias DPA, ayer, 7 de diciembre, el mandatario boliviano se preguntó: “¿Quiénes fundaron la Cumbre de jefes de Estado de Iberoamérica? Latinoamericanos y algunos países europeos, pero especialmente monarcas de España, de Europa, para sus propios intereses (…) Si algunos países necesitan las monarquías, será monarquía para su país. Esa monarquía no es para Latinoamérica, no es para Bolivia”.