La estatua de Néstor Kirchner, en los exteriores del edificio de la Unasur, cerca a la Mitad del Mundo, en Quito. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
El escultor Miguel Gerónimo Villalba es el autor de la estatua hecha en Buenos Aires en memoria del expresidente de Argentina Néstor Kirchner, que ha permanecido en los exteriores del edificio de la Unasur por cerca de cinco años y será retirada este marzo del 2019, por orden del Gobierno de Ecuador.
La figura fue develada el 3 de diciembre del 2014 cerca del turístico monumento a la Mitad del Mundo, en Quito. Corrían aires de socialismo del siglo XXI en parte de los gobiernos de la región, con Dilma Rousseff (Brasil), Cristina Fernández (Argentina), José Mujica (Uruguay), Evo Morales (Bolivia, hasta la actualidad), Nicolás Maduro (Venezuela, hasta la actualidad), Rafael Correa (Ecuador).
La obra muestra a un hombre sonriente, con su brazo izquierdo arriba y su chaqueta y corbata movidas por el viento. Tras la muerte de Néstor Kirchner, el 27 de octubre del 2010, Villalba diseñó un trabajo en arcilla. “Lo realicé en movimiento, como avanzando. Intenté transmitir ese concepto. Quise recordar el día en el que fue a la Esma (colegio militar) y pidió bajar los cuadros (de los dictadores Jorge Videla y Reynaldo Bignone). De allí el gesto de levantar la mano”, le dijo al diario La Nación luego de la entrega de la estatua para la Unasur, en 2014.
Ecuador retirará la estatua de Néstor Kirchner de la sede de Unasur, en la Mitad del Mundo, en Quito. Fotos: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La escultura de 2,28 metros de alto y 600 kilos de peso fue un regalo del Gobierno de Argentina para Ecuador, lo que causó polémica en el país austral presidido entonces por Fernández, la viuda de Kirchner. El trabajo es una ‘obra de autor’ y tuvo un costo de 977 800 pesos argentinos, lo que equivale a USD 114 000 (cotización en diciembre del 2014), según el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de ese país.
El traslado de Buenos Aires a Quito se realizó en avión oficial, en una caja construida especialmente para proteger la escultura. En la instalación, en Ecuador, intervino el arquitecto Diego Guayasamín y su equipo de trabajo. Fue él, precisamente, quien estuvo a cargo del diseño y construcción del edificio de la sede de la Unasur, por el cual Ecuador invirtió cerca de USD 40 millones.
El 3 de diciembre del 2014, Cristina Fernández participa en la develación de la estatua de su esposo Néstor Kirchner en la sede de la Unasur, en Quito. Foto: AFP
La noche del 13 de marzo del 2019, el presidente Lenín Moreno anunció, en una cadena de televisión, que ha iniciado el proceso de salida de Ecuador de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y que, entre otras acciones, pediría la devolución del edificio, financiado con recursos del Estado en el régimen de Correa.
“Procederemos además a retirar la estatua de Néstor Kirchner. Él no representa los valores y la ética de nuestros pueblos. Sudamérica tiene una pléyade de héroes y próceres que sí nos representan”, dijo Moreno en su alocución televisada.
“Unasur entró en un final sin retorno desde hace un año. La mitad de los Estados miembros ni participan ni contribuyen. La Secretaría General no tiene titular por más de dos años y el personal ha ido disminuyendo sensiblemente. ¿Y saben por qué? Porque algunos mandatarios irresponsables se encapricharon por nombrar a sus amigos a esa Secretaría, nuevamente replicando los peores vicios del socialismo del siglo XXI”, agregó el Presidente de Ecuador.
La escultura de Néstor Kirchner fue expuesta en la ceremonia de inauguración del edificio de Unasur, en la Mitad del Mundo, en el 2014. Foto: Archivo / EL COMERCIO
No es la primera vez que monumentos de Kirchner son blanco de cuestionamientos en Ecuador. El 21 de agosto del 2018 el Municipio de Quito retiró un busto del hombre que gobernó Argentina entre el 2003 y el 2007, que se encontraba en un parque público: la Plaza Argentina, en la avenida 6 de Diciembre y Oswaldo Guayasamín, en el norte de la ciudad.
Ese busto fue develado el 2 de octubre del 2014, también en un acuerdo con el régimen de Cristina Fernández, y en los años siguientes recibió expresiones de rechazo ciudadano, lo cual se agudizó con la revelación en Argentina de los cuadernos de Óscar Centeno, chofer de Roberto Baratta, del Ministerio de Planificación Federal de ese país, que vinculaban a Kirchner como parte de una red de corrupción que incluyó posibles sobornos a jueces y a funcionarios. Por esos días, allí se colocaron frases como: “A un delincuente no se le condecora”.
El 2 de octubre del 2014, Alicia Kirchner llegó a Quito para la develación del busto de Néstor Kirchner en la Plaza República de Argentina. Foto: EFE
Tras el retiro del busto de la Plaza Argentina, ciudadanos pidieron que se desmontara la estatua de la Unasur. Su pedido no tuvo eco, porque no se encuentra en un terreno municipal. La Prefectura de Pichincha donó el predio al Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador, que lo usó para construir la sede de Unasur, cuando Ricardo Patiño era canciller.
El agosto del 2018, el exalcalde de Quito Roque Sevilla escribió una carta para solicitar el retiro inmediato de la estatua de Kirchner, porque un monumento debía colocarse en memoria de personas sobresalientes y no de quien “ha esquilmado los recursos públicos para su conveniencia personal y ha demostrado deshonestidad a toda prueba”.