Redacción Negocios
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Petroproducción trabajó en el pozo Shuara 24D, donde se generó un derrame de agua de formación (tóxica) de enormes proporciones, sin contar con la respectiva Licencia Ambiental.
Así lo confirma el informe nro. 503-AA-DNPCA-SCA-MA del Ministerio del Ambiente.
Los técnicos de esta Cartera recorrieron la zona afectada, la cual se ubica en el campo estatal Libertador, en Sucumbíos, entre el 30 de junio y 2 de julio pasado.
El derrame ocurrió mientras el taladro de la compañía Petróleos de Venezuela (Pdvsa) realizaba la perforación de un pozo.
Hasta la fecha no se ha cuantificado el volumen de agua tóxica vertida al exterior, pese a que el derrame, que duró aproximadamente dos semanas, ocurrió a las 02:00 del 26 de junio.
Según detalla el documento de Ambiente, a esa hora el flujo estimado de agua tóxica vertida al exterior era de nueve barriles por minuto. Dos horas después el derrame alcanzó un flujo incontrolable de 41 barriles por minuto.
Para el 30 el caudal, que no lograba ser controlado, alcanzó los 26 barriles de agua tóxica por minuto, es decir un volumen de
36 000 barriles diarios.
De acuerdo con el reporte del Ministerio de Ambiente, la explicación del personal de campo fue que no se contaba con todos los equipos de seguridad y control.
“En el momento de la inspección (30 de junio) se pudo observar que el gran flujo de agua de formación, de aspecto grisáceo y con un fuerte olor a azufre, no ha podido ser controlado debido a que, según información proporcionada en campo, el pozo dispone únicamente de la tubería madre y no cuenta con un Preventor de Reventones (BOP). Este dispositivo ayuda a controlar el influjo, en este caso, del agua de formación”, anota el informe.
Este Diario contactó por teléfono a José Ramón Arias, representante de Pdvsa en Ecuador, para consultar por qué la empresa, proveedora de los equipos no contaba con el BOP.
El ejecutivo dijo que no estaba autorizado para dar declaraciones sobre el tema y quien debía pronunciarse es Petroproducción. Este Diario buscó por varias semanas una entrevista con el titular de esta filial, Freddy García, pero este funcionario se ha negado a
hablar sobre el hecho.
El derrame de agua, acompañada de lodo, sedimentos y piedras, cubrió toda la plataforma donde se realizaba la perforación.
El informe de Ambiente también detalla que de modo innecesario se cavaron cuatro fosas en la plataforma para contener el derrame, ya que el volumen del fluido fue extremadamente mayor a la capacidad de estas fosas.
El personal de campo optó por adecuar una zanja para conducir el fluido por la pendiente del terreno hasta llegar a un pantano.
Pero ello no impidió que el fluido avance hasta alcanzar esteros que desembocan en el río Pacayacu, afluente del río Aguarico.
“Se pudo observar un par de barreras naturales construidas a fin de evitar que la contaminación avance, medida absolutamente inútil para este tipo de componentes”, continúa el estudio.
El documento habla de una afectación importante a la vegetación. Los técnicos también observaron peces muertos, pero no evidenciaron afectación en los habitante de la zona por consumo de agua contaminada.