El 30 de mayo se realizará la primera vuelta presidencial en Colombia. Sin embargo, es poco probable que ese día se conozca quién sucederá al presidente Álvaro Uribe. Hasta el momento, ninguno de los seis candidatos que compiten por el cargo ha cautivado una franja de electores suficientemente alta como para ganar en una sola vuelta.
Hasta el 26 de febrero, el país vivía una incertidumbre sobre la posible participación de Uribe en la actual contienda electoral. Tal escenario fue negado por la Corte Constitucional, máxima protectora de la Carta Magna.
Compiten por la Presidencia los oficialistas Juan Manuel Santos, del partido de ‘La U’; Noemí Sanín, del Partido Conservador; y Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical. Rafael Pardo está por el Partido Liberal y Gustavo Petro, por el Polo Democrático. Ambas tiendas son opositoras al Régimen de Uribe.
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Mientras que los independientes Antanas Mockus, del Partido Verde, y Sergio Fajardo, por el movimiento Compromiso Ciudadano por Colombia, sellaron una alianza electoral que ha dado los primeros frutos en las encuestas.
Mockus comenzó a acercarse a Santos, quien hasta hace dos semanas era el candidato con mayor aceptación. Ahora, se habla de un empate técnico que vuelve inevitable una segunda vuelta electoral.
El principal reto del sucesor de Uribe será mantener su política de seguridad, tan exitosa como polémica. Esta tiene el respaldo del Gobierno de EE.UU. Se trata de una alianza geopolítica que ningún candidato ha pretendido darle un giro radical.
Uribe dio de baja al segundo hombre de las FARC, alias ‘Raúl Reyes’. Este hecho, no obstante, precipitó la ruptura de las relaciones diplomáticas con Ecuador. Además, la crisis con Venezuela no tiene precedentes.
Uribe también realizó la operación ‘Jaque’, en la cual fueron rescatados 14 secuestrados por las FARC, entro ellos la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt.
Igualmente, se desarrolló un proceso de paz con los paramilitares, el cual logró la desmovilización de 31 000 miembros de ese grupo armado, según datos oficiales.
Ninguno de los seis candidatos ha manifestado su intención de desviar el rumbo en estos temas. Incluso, los aspirantes opositores han reconocido que el tema de la seguridad será una prioridad sin son gobierno.
El otro gran desafío que deberá enfrentar el próximo Presidente de Colombia es el narcotráfico. En el gobierno de Uribe cayeron alias ‘don Diego’ y ‘don Mario’, reconocidos narcotraficantes del país.
En ese sentido, la brecha más amplia entre las políticas de Uribe y quienes aspiran a sucederlo está en el campo de lo social. Es allí donde existen marcadas diferencias.