¿Cómo se vive desde adentro el debate en la Comisión de Comunicación? Desde afuera hay una aparente armonía y consenso.
En la Comisión, salvo unos momentos de tensión, sí existe un buen ambiente. Se trata de tener un espacio de discusión y debate y eso sí ocurre en la Comisión. Evidentemente, hay puntos de vista divergentes, pero es normal y legítimo. Al menos, hay dos posiciones claramente identificadas.¿A cuáles se refiere ?
Una que reproduce lo que el Gobierno ha buscado de la ley de Comunicación; que es establecer un régimen de Comunicación manejado políticamente. Y otra que nos inclinamos al respeto a la libertad de expresión y descartar cualquier control oficial a los contenidos. No hay un consenso general en los temas. Esa percepción es equivocada. Hay acuerdos, pero sobre temas fundamentales no hay consenso, hay dos visiones.
¿El consenso depende de los seis votos de Alianza País?
Los asambleístas de País pueden llegar a acuerdos entre ellos; pero eso no quiere decir que existe consenso generalizado. Ha existido un buen ambiente de discusión, pero no se puede decir que todo es consenso.
Fausto Cobo, su colega en la Comisión, dice que tiene miedo de que este consenso facilite que el proyecto de ley sea aprobado en paquete. ¿Cree que eso suceda?
No hay que descartar ningún escenario. Lo que ha ocurrido en los últimos meses en la Asamblea da cuenta de que cuando se trata de temas muy importantes para el Gobierno se rompen procedimientos o las normas legales. Se sigue fielmente el lineamiento y hasta el capricho del Gobierno.
¿Se respeta el acuerdo al que se llegó con la oposición?
Dentro del debate de la ley de Comunicación, hasta el momento, no se ha roto el acuerdo. Sin embargo, sí se lo hizo cuando se publicó en el Registro Oficial la Ley de Participación Ciudadana, donde la Asamblea se allanó en los artículos que tienen que ver con la rendición de cuentas de los medios. Ahí está el riesgo, que mediante otras leyes de Participación, de Culturas y de Educación se quiera afectar a la libertad de expresión y romper el acuerdo.