Al Consejo Nacional Electoral (CNE) se le escapa de las manos el escándalo por las supuestas firmas falsas en el registro de partidos.
Ayer, por quinta ocasión, el organismo fue incapaz de iniciar con el proceso de la revisión integral de las rúbricas de los partidos y movimientos ya inscritos.
Los vocales argumentaron problemas técnicos que presentó el sistema informático en el momento de digitalizar las firmas de los movimientos políticos. Aseguraron que una vez superados los inconvenientes, el proceso arrancará. Sin embargo, en esta ocasión no se arriesgaron a establecer una fecha límite. En principio la revisión debía arrancar el lunes 20 de agosto, pero desde esa fecha el centro de cómputo instalado no ha sido aprovechado al 100%. De hecho los 1500 digitadores han asistido y en varias ocasiones se han quedado de brazos cruzados, incluso aprovechando el tiempo para descansar.
Una serie de hechos contradictorios, vacíos legales, promesas incumplidas y cifras que no cuadran han caracterizado esta coyuntura. En un principio, el titular electoral Domingo Paredes aseguró que las cifras de las firmas no válidas no eran alarmantes. Luego de la revisión fallida que se efectuó en el colegio Benalcázar, la Fiscalía sostuvo que en promedio, los partidos y movimientos políticos tenían 34% de firmas dudosas. En este tiempo el fiscal Galo Chiriboga se negaba a esclarecer cuál era el verdadero porcentaje de las firmas de cada organización política. El argumento fue que esos datos “formaban parte de una indagación previa”. Pero unas horas después, Paredes hizo públicos unos resultados parciales durante su visita a la Asamblea Nacional. Estos fueron alarmantes, pues las únicas organizaciones políticas que salían bien libradas eran el PSP (con menor porcentaje de firmas adulteradas) y Alianza País por su elevado volumen de registros presentados. Pese a esto, el presidente Rafael Correa cuestionó la labor electoral durante su Informe a la Nación. Luego de lo cual los consejeros practicaron una semana de hermetismo. Ahora, el movimiento oficialista aprovecha el escándalo para promocionar cuñas radiales en las cuales alertan que no recogerán más firmas, en detrimento de las fuerzas políticas que alcanzaron con las justas tener 157 000 rúbricas válidas.
En este escenario, la falta de operatividad del proceso ha generado una atmósfera de incertidumbre en las fuerzas políticas. Para actores políticos que se sienten afectados, el Consejo Electoral ensaya un libreto político que tiene como objetivo dificultar los calendarios y las estrategias de los partidos y movimientos políticos.
Esto debido a que a 51 días de que los comicios arranquen oficialmente (18 de octubre) el panorama aún es incierto. Las fuerzas políticas han visto retrasadas sus estrategias de campaña, así como la consolidación de alianzas y candidaturas en ciernes.
En este escenario, actores políticos y analistas insisten en que el organismo electoral debe ensayar una salida política para esta crisis electoral. Una de las opciones es que se respete la vida jurídica de las 11 organizaciones que ya la tienen y que se les permita terciar en los comicios del 2013. Pero con la condición de que aquellos grupos que no alcancen un porcentaje mínimo de apoyo queden fuera del mapa electoral.
Pero el Consejo Electoral, pese a los constantes aplazamientos y evidentes fallas, no da su brazo a torcer y ha sido tajante. El vicepresidente, Paúl Salazar, dijo que tienen un plan “B” si la empresa Controles no puede superar el problema técnico para digitalizar las firmas. Este plan consistiría en incrementar el número de digitadores y reforzar el sistema . “Ni el plan A ni el B tienen una salida política” dijo Salazar. Pero las organizaciones políticas ya no confían en estos vocales.
Explicaciones del CNE
Domingo Paredes dijo que otra de las razones para este nuevo aplazamiento es solventar las 13 exigencias presentadas por los auditores informáticos de los partidos políticos.
Los auditores informáticos exigieron la huella digital del software para asegurar que el sistema no sea manipulado.
Miguel Izurieta, gerente de Controles, aclaró que el retraso en el sistema informático se generó porque el programa hace una extracción automática de las firmas y algunas desbordaban el recuadro.
El movimiento lojano ARE presentó 7 318 firmas, luego del proceso fue ratificado con 5 500 rúbricas. Pero el proceso de revisión que estaba programado para una hora se demoró 15.