El 'remake' de las consultas

Santiago Zeas B. / Coordinador de Política

Las protestas en el Consejo Nacional Electoral (CNE), con activistas de Yasunidos como protagonistas, traen del pasado un episodio similar y vinculado al oficialismo.
Específicamente los incidentes del 23 de enero del 2007, escenificados en el mismo edificio del entonces Tribunal Electoral (TSE), cuando Rafael Correa cumplía su noveno día en el poder.
Su primera semejanza: el Gobierno y Yasunidos buscaban impulsar una consulta popular. El colectivo para evitar que se explote el Yasuní, mientras que el Presidente para que se convoque a una Asamblea Constituyente con poderes absolutos.
L a segunda: Yasunidos trató de impedir que el CNE traslade al centro de verificación las firmas que había presentado para impulsar la consulta, por una supuesta manipulación. Hace 7años y tres meses militantes de Alianza País y el MPD irrumpieron en el Pleno del TSE para exigir la convocatoria a la consulta.
H asta ahí ambos episodios son similares en el fondo: sus actores políticos actuaban con vehemencia para que la población se pronuncie sobre temas de interés nacional.
Sin embargo, la diferencia de fondo es el cambio de posición que el Ejecutivo ha tenido sobre la consulta al pueblo como herramienta de democracia participativa.
E n enero del 2007, el Gobierno, sus simpatizantes y aliados iban a la ofensiva para conseguir que se convoque a una consulta, cuyo asidero constitucional estaba en entredicho. Para entonces, la movilización para presionar al extinto TSE era presentada como el reflejo de la ciudadanía exigiendo un cambio.
A hora, con los vientos soplando en dirección contraria a sus planes y con la sombra electoral del 23-F, el Gobierno luce incómodo con la consulta del Yasuní. Por más que su discurso advierta que no le teme a las urnas, no economiza en críticas a un proceso impulsado esencialmente por jóvenes. Un proceso que se ha convertido en una suerte de 'remake' de la consulta que defendía en el lejano 2007.