GUÍA: El ABC de la consulta de Rafael Correa
El asambleísta por el Movimiento Municipalista, Paco Moncayo, dice que la Corte Constitucional debe mostrar su independencia con su fallo sobre la consulta popular.
¿Ya sabe cómo va a votar en la consulta popular?
Espero no tener que votar por esa consulta porque si funcionan las instituciones, la Corte Constitucional (CC) no debería dejar pasar estas preguntas.
¿La CC tiene la independencia como para negarle una consulta al presidente Rafael Correa, tan importante para su proyecto político?
Yo no creo que Correa tenga un proyecto político, al menos si lo vemos como algo ideológico o programático. Pero si hablamos de un proyecto personalista, mucho menos la Corte Constitucional tendría que hacerle el juego.
Varios son los casos en los que la CC ha mostrado sus simpatías con el Gobierno’Esta es una prueba de fuego; es evidente que esta propuesta peca de una total inconstitucionalidad. Que Nina Pacari, una luchadora de toda la vida por la legalidad, dé su brazo a torcer y traicione sus principios espero que no suceda.
¿Ella es la más independiente en la CC?
Yo estoy muy contento de que haya recaído el tema del referendo, que es el crucial, en una persona que no puede traicionar su pasado y a las nacionalidades indígenas. Hay mayor certeza e independencia con ella, sin hacer de menos a los otros vocales.
¿Si se llega a hacer esa consulta, tal como están las preguntas, cómo va a votar?
Si yo voto sí o no legitimo algo que en mi conciencia democrática no tiene cabida, porque es validar la consulta. Yo la anularé.
¿El no podría entenderse como un rechazo al presidente Rafael Correa?
Es que eso puede ser interpretado desde el oficialismo como: “Miren, ahí está el asambleísta Moncayo, a favor de que no se paguen las afiliaciones del IESS”.
¿Es importante lo que le pueda decir el oficialismo?
Cuando uno lucha debe ser impecable, no puede dar su brazo a torcer ni ser bailarín.
¿Haría bien la oposición en hacer de esta consulta un espacio de rechazo al Gobierno, como sucedió en el plebiscito de 1986, donde se le dijo no a León Febres Cordero? Recuerde que la pregunta era lo de menos.
Eso sería perpetuar las malas prácticas. La consulta tiene que ser vista como un acto democrático, ser legítimo y legal.
¿Y el presidente Correa ve así a la consulta?
Un presidente democrático no puede decir que quiere meter la mano en la justicia, porque se está nombrando dictador. Es peor que cuando Lucio Gutiérrez dijo que era un “dictócrata”.
Para Correa, los triunfos electorales son la razón de ser de los políticos y las derrotas la única forma en que los sepultan. ¿Por qué no ver a la consulta como un plebiscito a su gestión?
Esas viejas prácticas son las que quisimos cambiar en el siglo XXI. Por eso votamos por la Constitución. Queríamos una nueva institucionalidad, no un mesías.
¿Si esta consulta es un proyecto casi dictatorial, por qué quiere votar nulo?
No se puede entrar en el juego de votar contra Correa o por Correa. Lo que debemos hacer todos es decirle a la CC que estamos alertas y esperanzados en que cumpla su misión.
Pero el voto nulo nunca ha llegado al 12%…Puede ser, pero la democracia requiere de estas explicaciones. No caigamos en el juego histórico de votar por el líder o contra el líder sino por la constitucionalidad del proceso. Si la Corte ajusta las preguntas, es factible analizar el mérito de cada una de ellas.
¿Hay preguntas que deben ser cambiadas?
No solo eso. Deberían ser retiradas. Por ejemplo, las dos que tienen que ver con la función judicial porque alteran la estructura del Estado y eso no se hace a través de una enmienda como la que propone el Ejecutivo, sino de una Asamblea Constituyente.
¿De aprobarse la consulta como está, cuál sería su papel como asambleísta?
El de un demócrata, pedagógico y de defensa de la Constitución. Golpe de Estado no es solo botarle al Presidente; lo es también si el Jefe de Estado mete la mano en la justicia o en el Consejo de Participación Social.
¿Este es el momento en que la oposición en la Asamblea se una y actúe sólida?
Va a ser muy difícil construir una oposición uniforme en temas ideológicos y programáticos.
Usted fue Alcalde de Quito y sabe lo que para un sector de esta ciudad significa la fiesta brava. ¿Por qué el Presidente planteó la pregunta sobre estos espectáculos públicos donde se sacrifican animales?
Yo veo en el Presidente una animadversión a todo lo que signifique clases altas. Esta es otra forma de hincarles a los grupos de poder económicos.
¿Con ello se está polarizando y enfrentando a los quiteños de las clases populares con los de las clases altas?
Sí, en la medida en que se ha logrado dividir a los ecuatorianos entre buenos y malos, revolucionarios y no revolucionarios.
¿Cómo debe actuar el Alcalde de Quito en esto?
Él ya ha tomado una posición. Sin embargo, yo creo que la pregunta sobre las corridas de toros demuestra una terrible superficialidad de la consulta. Una persona con conocimientos de historia y de cultura juzga de manera distinta la fiesta taurina, que tiene muchos matices.
¿Augusto Barrera debe ser también el alcalde de las minorías que gustan de las corridas y defender su derecho a que esta diversión se mantenga en la capital?
Cuando uno está en la Alcaldía debe liderar una minga con todos los quiteños. El problema es que la rígida disciplina que hay en Alianza País va a hacer que el Municipio de Quito tenga los mismos problemas de la Asamblea: no se defienden las tesis sino el espíritu de cuerpo y quien se atreve a cuestionar es un apóstata.
¿Barrera debe presionar porque esa pregunta y las de los casinos sean eliminadas?
El Alcalde debe pedir que lo liberen de la disciplina de su movimiento. Solo así podrá ser Alcalde de todos los quiteños.
¿Su líder?
El liderazgo en Quito lo tiene Rafael Correa Delgado, el alcalde Barrera va a ser una figura secundaria, no tiene otra alternativa y eso está claro.
En una elección abierta y general, siempre las minorías resultan afectadas. ¿Qué mensaje estaría dando el país si las corridas de toros o los juegos de azar, que son del grupos de pequeños segmentos, son prohibidas?
Si en Quito gana la prohibición de las corridas y en otro cantón, donde este tema resulte indiferente, no. Veríamos que los argumentos éticos y estéticos a los que aluden estas preguntas solo afectan a unos ecuatorianos y a otros no. Lo peor que puede haber en la política es meterse en los temas de la moral, si no estaríamos en un gobierno teocrático.