El padrón que presentó el Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene una diferencia de dos millones de votantes con respecto a los ciudadanos habilitados para sufragar que registra el Censo de Población y Vivienda del 2010.
El CNE determinó que para este proceso están habilitados para sufragar 11 666 478 de ecuatorianos. Esta lista se elaboró con la información que remitió el Registro Civil y en la que constan las personas que se fueron a otro país y los fallecidos.
Pero el Censo del 2010 estableció que eran 9 663 602 los votantes. ¿Por qué tanta diferencia? El ex vocal electoral Fausto Camacho explicó que uno de los factores es el incremento de la población, además que dentro del registro electoral existe un promedio de un millón de ciudadanos que no han votado durante los últimos 10 años.
En el 2010 el anterior CNE realizó la propuesta de crear un “padrón pasivo” con los ciudadanos que no habían votado durante las dos últimas elecciones. Esta propuesta no se concretó pues hubo críticas de que esto significaría arrebatar el derecho de sufragios a los ciudadanos.
La vocal electoral Nubia Villacís defiende la pureza del padrón y aseguró que el Registro Civil les entregó la información depurada y que a más de eso el CNE realizó un cruce con la información obtenida durante la campaña de cambio de domicilio que permitió la actualización del lugar de votación de 1,5 millones de personas.
Durante el cambio de domicilio, el CNE incluyó la pregunta si existe algún familiar fallecido o si había salido del país.
De hecho, en julio de este año el organismo electoral firmó convenios con la Cancillería y el Registro Civil con el objetivo de depurar la información. No obstante dentro del Registro Civil hasta esa fecha se digitalizó 72,2 millones de documentos. Es decir: partidas de nacimiento, defunción y las respectivas actualizaciones que los ciudadanos hacen en esta entidad. Esta cifra representa, según la institución, un avance del 77%. El 23% restante estará listo en año y medio.
Para Camacho “se ha cumplido parcialmente con la depuración de los registros ciudadanos”. Explica que se debe cumplir con dos procedimientos técnicos: el primero es la digitalización de las fichas de cartón que tiene las huellas, y el segundo paso es la comparación de esa información con las huellas reales del ciudadano que es lo que “aún no culmina”.