¿Tiene el sistema presidencialista ecuatoriano demasiados poderes? ¿Rafael Correa se ha beneficiado de ciertas normas constitucionales de las que carecían sus predecesores?
Varias de estas preguntas se respondieron ayer en la mañana, durante el debate de Ecuadoradio, a propósito del lanzamiento del libro ‘El Hiperpresidencialismo en Ecuador’, escrito por el catedrático de la Escuela de Sociología de la Universidad Central, Daniel Granda.
En el debate estuvieron Simón Pachano y Felipe Burbano de Lara, catedráticos de la Maestría en Ciencias Políticas de Flacso.
Los daños que, a juicio de los tres panelistas, produce el hiperpresidencialismo a la institucionalidad así como la vigencia del sistema de partidos políticos se han evidenciado desde el pasado y se mantienen ahora. Esa fue una de las primeras conclusiones a las que se llegó ayer.
Para Granda, la falta de una real participación ciudadana ha permitido que el hiperpresidencialismo lograra afianzar sus espacios de control de la sociedad. Su preocupación es que de la mano de este modelo institucional, que facilita la toma de decisiones por parte del Poder Ejecutivo, se dé paso más en el futuro a la construcción de un sistema de partido único, alentado por “una burocracia del Estado” que toma posiciones estelares dentro del sistema político.
Pachano sostuvo que el hiperpresidencialismo tiene sus orígenes incluso desde antes de la República. Y que pese a sus riesgos, siempre se ha intentado fortalecer su alcance.
Burbano de Lara señaló que en el ejercicio del hiperpresidencialismo han coincidido tanto la derecha como la izquierda cuando han estado en el poder. “Este sistema ha generado autoritarismo y un liderazgo caudillista muy fuerte que ha afectado a las instituciones”.